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Rovaniemi: Excursión en bici con Roll Outdoors

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Para nuestra escapada a Rovaniemi busqué alguna actividad especial, más allá de las típicas que hace todo el mundo. Y encontré una que les gustaría a los integrantes masculinos de la expedición: ¡ruta en bici por la nieve!

Roll Outdoors
Y es que al padre de Jordi le gusta ir en bici por la montaña, así que pensamos que podría ser una bonita experiencia para que realizaran juntos. 

Para ello encontré la compañía Roll Outdoors, que ofrecen diferentes tours durante todo el año. 
Tienen alguno sencillo por el río helado, otros a través de la montaña y hasta otro nocturno. Además de la posibilidad de alquilar la bici por tu cuenta. 
Y en cuanto a las bicis, pues para quien no se vea con fuerzas de gastar toda su energía (recordad que en invierno es sobre nieve) también ofrecen la opción de la bici con asistencia eléctrica. 

En un principio les reservé un tour privado de dos horas por los bosques en bici no asistida, por 89€. 
Aunque al final, les comentó si podían unirse dos personas más. A ellos no les importó, pero Jordi le comentó que iba lesionado de una costilla y si podía pagar por la eléctrica (para poder seguir el ritmo). Finalmente no hubo que pagar nada más, porque en compensación por compartir el tour, les ofreció las bicis eléctricas por el mismo precio. 

Roll Outdoors

La verdad es que, tanto por el trato recibido allí, como por el contacto que he mantenido con Johannes vía mail, lo recomendamos 100%. 

Y ahora haremos algo extraño en este blog, y es que a partir de aquí será Jordi quien escriba, para explicar su experiencia. Puesto que yo solo puedo decir que parece que les encantó. jeje
Así, podréis haceros una idea de como fue y de lo que pudieron disfrutar.

Roll Outdoors

Lo primero que voy a comentar es que el guía también ofreció bicicleta asistida a los otros dos clientes (que diría que también eran padre e hijo) pero ellos declinaron argumentando que estaban en forma.
Empezamos la ruta los cinco (el guía, los otros dos y nosotros), salimos del pueblo y cruzamos el puente sobre el río helado. Todo plano, hasta ahí bien. Luego vino la primera cuesta. El guía iba delante, mi padre y yo lo seguíamos a buen ritmo, pero al mirar atrás, la otra pareja aun estaba al inicio de la cuesta sacando el estomago por la boca. Ahí ya vi que tendríamos un problema (y el guía creo que también xD). Reconozco que nosotros íbamos sobrados porque la bici eléctrica te hace la mayor parte del trabajo, pero los otros dos quisieron hacerse los machotes y no tenían fondo suficiente para ello.
En ese primer tramo el guía optó por indicarnos el camino, bosque a través, a mi padre y a mí y acortar por la carretera junto con los otros dos hasta cierto cruce donde volveríamos a encontrarnos.
Así que hicimos ese tramo solos, en mitad del bosque, sin nadie alrededor. Dando por hecho que teníamos tiempo de sobra, nos permitimos incluso el lujo de parar para hacer alguna foto.

Roll Outdoors

Al volver a reunirnos, el padre de la otra pareja ya estaba hecho polvo. El guía les explicó como era el resto de ruta que íbamos a tomar y también les dijo que otra opción era que, si seguían subiendo por la carretera un poco más, iban a encontrar un hotel/restaurante donde podrían pararse a tomar algo caliente y que él los pasaría a buscar mas tarde. Tras pensárselo un poco decidieron que les prestaba más una infusión calentita al lado de la chimenea que la sangre, sudor y lágrimas de pedalear por las cuestas nevadas. Así que a partir de ahí tuvimos guía privado.

De ahí en adelante el ritmo mejoró bastante. Fuimos serpenteando por el bosque, subiendo y bajando y admirando la bella postal nevada que teníamos constantemente alrededor. También pudimos descubrir (varias veces) que pasa cuando no calculas bien una curva y te sales del camino de nieve compacta.
Spoiler Alert: La bici se queda clavada en la nieve y te pegas el guarrazo padre.
Spoiler Alert 2: Aunque no pasa nada porque la nieve está blandita. :-)
Spoiler Alert 3: Pero si se te cuela por entre la ropa, está muuuy fría. XD

Por suerte el guía no nos quiso dejar mal y, en uno de sus derrapes que iba haciendo, también se fue al suelo. Nos comentó que no le suele ocurrir y un diablillo que habita en mi interior se alegró un poco por no ser el único que mordió la nieve.

Seguimos subiendo hasta el punto mas alto de la zona, que resultó ser la parte de arriba de una estación de esquí. Allí paramos un rato para contemplar las vistas, hacer fotos y charlar un poco. Hay que decir que ver los bosques nevados desde arriba es una estampa preciosa.


Roll Outdoors
Después empezamos la bajada. Al cabo de un rato pasamos por al lado del restaurante donde supuestamente se había quedado la otra pareja. Justo pasado este, nos encontramos a los otros dos que venían con las bicis de frente. (Supongo que darían alguna vuelta por ahí en alguna zona mas plana) El guía les dijo que ya íbamos hacia abajo y si se querían unir de nuevo. Ellos accedieron. Hay que decir que aunque vayas de bajada, no todo el rato es cuesta abajo. También hay tramos planos y pequeñas subidas. Por ello el guía nos hizo pasar a mi padre y a mi delante, nos daba indicaciones de hasta donde tirar o que desvío coger y el iba detrás con los otros dos. De esta forma nosotros podíamos ir a nuestro ritmo y simplemente esperar una vez llegáramos a donde nos había dicho.

En uno de esos puntos aprovechamos para hacer una paradita los cinco, para tomar un zumo de bayas caliente que llevaba el guía y hacer algunas fotos más.

Roll Outdoors


A todo esto, entre una cosa y la otra ya casi habían pasado las 2 horas que se supone que dura el tour y aun estábamos a medio bajar. El guía nos preguntó a mi padre y a mi medio de "strangis" si habíamos quedado con alguien a las 12 (que era la hora que, en teoría, terminaba el tour). Le dijimos que Vero y mi madre nos estarían esperando en su local, pero que no teníamos prisa alguna. Nos dijo que era para que eligiéramos si queríamos "bajar por la ruta rápida o la molona". Evidentemente elegimos la molona. :-)

La ruta molona resultó ser una pendiente zigzagueante para ir haciendo slalom. Al igual que hasta entonces, bajamos del mismo modo. Mi padre y yo delante a nuestro ritmo y el guía con los otros dos, mas retrasados. La pista era muy divertida y a la que te confiabas un poco y te soltabas empezabas a derrapar y a ir rapidito. Bueno, rápido en términos relativos a alguien que va por primera vez con una bici de esas. Los pros locales deben pasar por ahí al doble o triple de velocidad. XD

Finalmente llegamos otra vez abajo, cruzamos de nuevo el puente y volvimos a la sede de Roll Outdoors, donde nos estaban esperando mi madre y Vero.

La verdad es que no me hubiera importado seguir un par de horitas más y, viendo la diferencia entre nosotros y la otra pareja, no me arrepiento en absoluto de haber elegido las bicis asistidas. Te permiten disfrutar de la ruta y las vistas sin morir en el intento. :-)


By Vero: En Definitiva, como podéis ver, tanto Jordi como su padre acabaron muy contentos con las actividad. Así que, os recomendamos 100% este tour con la gente de Roll Outdoors.
Una forma diferente de disfrutar de los paisajes del ártico ^_^



Excursión a los Cinco Lagos (Mt. Fuji)

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En nuestros viajes anteriores, Jordi y yo, habíamos visitado la zona de los Cinco Lagos, incluso nos quedamos a dormir en ella en el segundo viaje.
Aún así, por diferentes motivos, no habíamos podido disfrutar bien de la zona, visitando los diferentes lugares de interés.

Llevaba varios años leyendo experiencias sobre realizar la visita en una excursión guiada, con grupos reducidos y en español. Y tenía claro que acababa siendo la mejor opción: es una zona extensa, donde depender de los horarios de los buses y posibles alteraciones por eventos o imprevistos acaba haciendo difícil el poder visitar todos los lugares que incluye el tour.

Nosotros hemos optado por "Turismo Victoria", una alternativa que descubrimos el año pasado y que ha resultado ser todo un acierto.

Fuji, cinco Lagos

¿Por qué Turismo Victoria?

Bien, hace algo más de un año empecé a leer comentarios, en el foro "Los viajeros", de gente que intentaba contactar con la opción más conocida, por aquel entonces, de tours en el Fuji (y con buenas opiniones) pero que tardaba mucho en responder y la mayoría de veces no tenía plazas libres.
Al mismo tiempo, en unos grupos de Facebook, empecé a ver recomendado, y con muy buenas opiniones, el tour de Turismo Victoria. Así pues, lo mencioné en el foro como alternativa y desde entonces son muchos los viajeros que hemos optado por ellos y hemos vuelto encantados.

Alexsi, el guía del tour, respondía rápido (teniendo en cuenta la diferencia horaria) a cualquier duda que planteara, se ajustaron a nuestro horario de llegada (íbamos desde Kyoto, no desde Tokyo) y toda la información estaba muy clara y detallada en su web, así como el precio, que resultó ser más económico que otras opciones.
Para mí, una buena comunicación y un trato cercano y personal son un plus a la hora de elegir este tipo de tours.

Datos de la excursión: 

Contacto:Formulario o vía Facebook
Precio: 11000¥ por persona. Mínimo de 2 personas. Incluye las entradas a las atracciones, bebidas y snacks. No incluye la comida (pero nos llevó a una opción tradicional y barata).  
Duración: Unas 11h.
Recogida: En la estación de Shin-Fuji a las 8:30h, tren desde Tokyo (el primer tren desde Kyoto llega un poco más tarde, así que nos esperó).
Finaliza: De nuevo en la estación de Shin-Fuji (se puede coordinar según el tren que uno necesite coger) o bien en la zona de los lagos. A nosotros nos llevó hasta el hotel.
Grupos reducidos: De hasta 6 personas en la minivan (nosotros fuimos los 4 solos). Si se es un grupo más grande se puede preguntar porque tienen opción de llevar dos minivans.
Posibilidad de adaptar el itinerario: Si se tiene alguna petición especial sobre la zona, solo hay que comentarlo con Alexsi para ver si se puede ajustar.

Nuestra experiencia:

Al salir desde Kyoto nos tocó dar un buen madrugón. ¡¡Nuestro tren salía a las 6:42h!! Pero bueno, al menos, algunos integrantes del grupo, podrían dormir en el trayecto de tren. Y el día sería relajado, es lo que tiene el que te lleven en coche...

Al llegar a Shin-Fuji nos encontramos con Alexsi, que nos esperaba con una gran sonrisa y su buen humor. 
Y aunque el Fuji estaba tapado, no dejó que decayeran los ánimos: ¡Queda mucho día y en cualquier momento nos da la sorpresa!

Así que tomamos rumbo a las primeras paradas: Las Cataratas de Otodome y Shiraito.

Fuji, cinco Lagos

La minivan es súper cómoda y lleva variedad de snacks y bebidas para ir reponiendo fuerzas a lo largo del día. (Si veis que tiene una de batido de fresa, ¡probadla! Jordi lo hizo y estaba MUY buena. Yo la había visto varias veces antes, pero Jordi no quiso probarla. Después se volvió loco buscándola. jaja).

De camino a las cataratas empezamos a hablar de muchos temas, y es que Alexsi es una persona muy abierta y cuenta cosas muy interesantes: de la vida en Japón, como es la adaptación, de sus antepasados japoneses, costumbres, etc. ¡Y de Barcelona! Ciudad que esperamos que vuelva a visitar. ;) 

De las dos, la Shiraito es la más bonita y nos encantó a los cuatro. 
Con sus 150 metros de ancho y 20 de alto, parecen un velo blanco que se desliza por el acantilado. Además, el color de las aguas, que provienen del Fuji, nos pareció precioso. 

Fuji, cinco Lagos
Fuji, cinco Lagos

Llegamos que no había nadie todavía y, al rato, cuando ya nos disponíamos a marchar, empezaron a llegar más grupos. Disfrutarlo solos fue increíble. ^_^

Después nos acercamos a las tiendecitas que hay en la zona y desde donde se pueden ver las cataratas Otodome, aunque no son tan espectaculares como las Shiraito. 

Fuji, cinco Lagos

Entonces, Alexsi entró a hablar con una señora de una de las tiendas y ésta nos ofreció un té verde buenísimo y unos curiosos snacks. Fue muy amable y simpática, así que si se quiere algún producto de la zona (como sake hecho con agua del Fuji) su tienda es una muy buena opción a tener en cuenta. Yo lo pensé más tarde y me arrepentí de no haber caído antes en hacer las compras. :(

Después nos llevó a los dos primeros lagos: Motosuko y Shojiko. Y, aunque el Fuji seguía sin mostrarse, no por ello dejaron de ser interesantes. Y es que en esas paradas empezamos a aprender detalles sobre la formación de los tres pequeños lagos, que inicialmente fueron uno solo, y del bosque Aokigahara. Y también sobre el Fuji en la cultura popular de Japón y su influencia en las gentes de la zona. 

Fuji, cinco Lagos
Fuji, cinco Lagos

De ahí nos fuimos a dos de las cuevas que formaron las erupciones del Fuji y que a día de hoy se pueden visitar.
La Cueva del Viento es la más amplia y por tanto más fácil de visitar, aunque hay que vigilar al caminar para no resbalar por la humedad. Dentro aprendimos sobre las diferentes formaciones de esas cuevas y el uso que se les dio desde el periodo Tokugawa. 
En la del viento se conservaban alimentos, debido a su temperatura estable a lo largo del año... Aunque sea verano, hay que llevar una chaquetita si se es friolero. 

Fuji, cinco Lagos

Entre esta cueva y la del hielo discurre un sendero del bosque Aokigahara, popularmente conocido como bosque de los suicidios.
Alexsi nos dio las indicaciones para recorrerlo (realmente solo hay que seguir el camino y, en el único desvío que encuentras, tomar la opción de la izquierda) y él iría por la carretera hasta el destino para esperarnos allí con la minivan.
Sabemos que éste es un lugar cuya visita provoca debate, por todo el tema que lo rodea y que hay quien está en contra de visitarlo. 
En nuestra opinión, no hay nada malo en querer visitar un bosque cuya formación fue especial y donde se pueden contemplar las rocas volcánicas fusionadas con la vegetación. Es un paraje realmente precioso. 
Además, hay que recordar que el bosque es inmenso (tiene 3500 Ha) y que las personas, que por desgracia, acuden con el fin de quitarse la vida se salen de las rutas de senderismo y se adentran en las profundidades del bosque. Porque eso es lo que es el camino entre las dos cuevas, una ruta de senderismo señalizada.

Fuji, cinco Lagos
Fuji, cinco Lagos

Y por otro lado, después aprovechamos para hablar con Alexsi sobre la problemática de los suicidios en Japón, sus causas, la evolución de la sociedad ante ello...

Fuji, cinco Lagos

Recorrimos, con mucho respeto, ese sendero (son unos 15-20 minutos andando con calma) hasta la Cueva del Hielo, donde ya nos esperaba allí Alexsi. 
Esta cueva, y en especial su entrada, nos gustó más que la del viento. Pero su recorrido es muy resbaladizo y en algunos lugares los techos son muy bajos, con lo cual hay que agacharse y usar casco. 

Fuji, cinco Lagos

Nuevamente, dentro hace frío todo el año. No en vano se almacena hielo. 

Al salir de la cueva nos llevó a la aldea museo Iyashi no sato. Arrasada en 1966, tras el paso de un tifón que causó un corrimiento de tierra, decidieron recontruirla como museo.
Algunas casas son tiendas, otras restaurantes, en otras podemos contemplar artesanía de la zona, disfrazarnos de samurai... Y entramos en una que replicaba las casas tal cual, para hacerse una idea de como eran originalmente. Allí se encuentra, a veces, alguna de las mujeres mayores que vivieron la catástrofe. Cuando fuimos nosotros había una mujer que, aunque ella no era del pueblo, su marido sí lo había sido. Tras la explicación y presentación, por arte de Alexsi, nos invitó a tomarnos un té con ella y unos encurtidos. 
Son estos pequeños momentos los que hacen especial un tour como éste. 

Fuji, cinco Lagos

Tras una agradable charla, nos fuimos a comer. Para ello Alexsi escogió un restaurante de la aldea donde hacen la especialidad de la zona: Hoto Udon. 
Nosotros no somos muy fans del udon, pero éstos son especiales, más anchos, y la verdad es que estaban muy buenos. Yo me los pedí con curry y delicioso. Había el plato suelto o el menú y oscilaban entre 900 y 1200 yens. Muy buen precio por un plato tradicional de la zona. 

Fuji, cinco Lagos

Y mientras comíamos... ¡El Fuji nos dio la sorpresa! 

Fuji, cinco Lagos

Ante tal imagen, no nos demoramos mucho en acabar la comida para poder hacerle fotos a la estrella del tour.
Primero desde la misma aldea.

Fuji, cinco Lagos

Y después desde el lago Saiko, donde Alexsi pasó de guía a fotógrafo. (Y es que en todo momento estuvo pendiente para que no nos fuéramos de los sitios sin las fotos deseadas.) jeje

Fuji, cinco Lagos
Fuji, cinco Lagos

Pero quedaba la vista de postal. Si el Fuji aguantaba despejado, podríamos conseguirla. ¡Para allí que nos fuimos!
La pagoda Chureito forma parte del santuario Arakura Sengen, uno de los mas de mil santuarios que hay en Japón dedicados a la Princesa Konohanasakuya, divinidad del Fuji, de los volcanes y de los cerezos en flor. 
Antes de subir hasta la pagoda, Alexsi nos contó más sobre la importancia de esta divinidad y del Fuji en relación a las personas de la zona, que veneran a este símbolo de Japón. 
Y nos enseñó que en cada santuario hay un ritual para rezar... ¡Yo que pensaba que era en todos igual! Luego empecé a fijarme y vi que tenía razón...

Fuji, cinco Lagos

Ahora sí, tocaba subir hasta la que consideramos una de las estampas del país: ¡Pagoda, Fuji y cerezos en flor!
No podía ser más perfecto...

Fuji, cinco Lagos

Bueno sí, no vamos a engañar a nadie. Estaba lleno de gente, pero en especial de unos chinos que se aposentaron justo delante en los mejores sitios y no entendían que había más gente que quería la foto delante de la pagoda...
Por suerte Alexsi nos dejó todo el tiempo del mundo en el lugar, para poder disfrutarlo, y hasta nos ayudó a intentar apartar a la china... Nos echamos unas buenas risas con toda la situación. 

Los cerezos estaban preciosos, en su mejor momento...fue realmente bonito. 

Fuji, cinco Lagos

Tras tomarlo con mucha calma, y cuando ya caía el sol, decidimos retirarnos (la misma china y su marido, seguían ahí, inamovibles) porque no se puede plantar trípode (regla que, para variar, los chinos tampoco estaban cumpliendo) y las fotos ya no quedarían tan bien.

La excursión tocaba a su fin y, con mucha pena, nos despedimos de Alexsi, que nos acercó al hotel cápsula donde pasaríamos la noche. 
Esperamos volverle a ver, sea en Barcelona o en Japón, porque nos consta que en un futuro quiere hacer tours por Hakone, una zona que tenemos pendiente. ;)

Fuji, cinco Lagos

Tras hacer el check-in y ubicarnos en nuestras cápsulas, chicas por un lado y chicos por otro, tocaba decidir donde cenar y no había muchas opciones: Chino, Lawson o Yakiniku. 
Nos apetecía algo de carne, así que decidimos ir al Yakiniku y pedir el combo para 4 personas y un par de platos más de carne (4600 yens todo).
Y para acabar de llenarnos nos pasamos por el Lawson a por unos postres, que alguna tenía mono de pudding con fresas... jeje

Fuji, cinco Lagos

Y aquí se terminaba un magnífico día de nuestro viaje: disfrutamos de los cinco lagos con buen tiempo, aprendimos mucho sobre la zona, el Fuji se dejó ver, los cerezos estaban en flor, nos reímos mucho con Alexsi y lo finalizamos con yakiniku y una noche especial en un capsule hotel.
Yo creo que no se puede pedir más. ^_^

Fuji, cinco Lagos



Restaurante Rokuseki en Vigo

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Desde que vi publicada la noticia de la apertura de este restaurante en Galicia tuve claro que lo visitaría, y que lo haría con mis padres: ¿Un auténtico japonés con yakiniku de carne wagyu? ¡No nos lo podíamos perder!

Y aunque no suelo escribir post solo de un restaurante (para Barcelona hice un recopilatorio de restaurantes japoneses), creo que merece la pena que de a conocer éste pequeño rincón de gastronomía japonesa en Vigo. 


*Nota: NO hemos recibido ninguna invitación para escribir este artículo, al final de post detallaré la cuenta. 

El restaurante se encuentra en el Urban Market Progreso 41
Decir que tanto el mercado normal como el Urban Market merecen mucho la pena. Estuvimos dando un paseo y nos encantó. 
El mercado está muy limpio y hay tiendas especializadas en ciertos productos que tienen muy buena pinta. Y la zona del Urban Market, donde se concentran diferentes pequeños restaurantes, ha sido reformada y decorada con mucho gusto. 


Nosotros íbamos al Rokuseki pero la verdad es que todos los restaurantes tienen buena pinta y dan ganas de probarlos: pizzas, filloas saladas y dulces (creps gallegas), food truck de burgers...
¡Y no os podéis perder los baños!
En general un buen lugar donde ir a pasar el rato y comer. 

Pero hablemos del Rokuseki. 

Datos:

Ubicación: Ronda de Don Bosco, Vigo
Contacto: Se puede hacer la reserva vía Facebook o por teléfono: 654670310
Horario: 13-15:30h y 19:30-23h cerrado lunes todo el día y domingo por la tarde

Felipe y Natsumi (gallego y japonesa) se conocieron en Barcelona, trabajando en restaurantes japoneses, pero tomaron la decisión de abrir su propio restaurante en Vigo. Y no uno cualquiera, sino uno especial, dedicado a un plato muy valorado en Japón: el Yakiniku, o como lo llamaríamos aquí, carne a la brasa. 

Pero no una carne cualquiera, sino carne wagyu, la famosa ternera japonesa, de la cual la D.O. más famosa internacionalmente, pero no la única, es la de Kobe. Nosotros hemos probado diferentes D.O. en Japón y están todas deliciosas. 
Hablando con Natsumi, nos comentó que ellos van variando el origen de sus carnes, apostando siempre por una calidad excelente. 
Y es que la importación de wagyu no es fácil, por precio y por oferta/demanda. 


























El local es muy pequeño, así que recomendamos reservar, en especial si se va los fines de semana. 
La decoración nos encantó, a mi me transportó de golpe a esos pequeños restaurantes familiares que he podido visitar en mis viajes a Japón, y que tienen una atmósfera acogedora. 


Nos sentamos en la barra y empezamos a analizar la carta: unos cuantos entrantes y los diferentes cortes de wagyu. 
Mi madre y yo optamos por la sopa miso y mi padre por los yakisoba con wagyu como entrantes. Y después le pedí a Natsumi consejo sobre que 4 tipos de cortes nos aconsejaba probar (vienen en raciones de 100g) y nos recomendó: Zabu, Harami, Karubi y Sagari. ¡Todo un acierto!. Y un bol de arroz para acompañar.


























Tanto la sopa como los yakisobas estaban deliciosos, con mucho sabor. 

Pero sin duda el plato estrella es la jugosa carne que te cocinas tu mismo en el Shichirin, recipiente de cerámica japonés donde se pone el carbón vegetal. 
Nuevamente Natsumi nos aconsejó el tiempo ideal de cocción, aunque después cada uno puede modificarlo (a mi madre le gusta muy hecha y mi padre hasta probó un trozo crudo jeje para gustos...). 

¿Que decir de la carne? Pues que estaba deliciosa y jugosa, en especial el Sagari y el Karubi, aunque los cuatro cortes estaban muy buenos. 


























También tienen una extensa carta de sake y vino japonés, pero mi padre no se convenció y tiró por el del país. Además de refrescos japoneses.

Por último, tocaba degustar los postres. Ese día había mochis con mouse de naranja y un postre especial: Un Trampantojo de huevo de chocolate blanco y fruta de la pasión. 
No pudimos resistirnos y pedimos un mochi para cada uno y el especial para compartir. 
Bien, si los mochis estaban buenos, el huevo de chocolate con el maracuyá estaba increíble. No nos esperábamos que también los postres estuvieran a ese nivel. 
Lo acompañamos con un umeshu (licor de ciruela) dulce y suave que le venía perfecto, que nos ofreció Natsumi.


























Al ir pronto un viernes al mediodía, fuimos los primeros clientes y pudimos charlar un poco con ellos. Una pareja muy simpática y que desprende pasión por lo que hace. Daba gusto ver a Felipe preparar la presentación de los platos, en especial me fascinó la composición del postre. 

En cuanto al precio: 
2 sopas miso, 1 yakisoba de wagyu, 4 tipos de wagyu (zabu, karubi, sagari y harami), 3 mochis, 1 postre especial, 1 bol arroz, agua y 3 copas de vino nos salió por 93.20€ (31€ por persona).

Me pareció un muy buen precio por la calidad de todos los platos, y más teniendo en cuenta la carne wagyu, por la atención recibida y por la atmósfera del local. 
Sin duda, una experiencia que recomendamos y que seguramente repetiré cuando vuelva a pasar por Vigo. ^_^


Recorriendo Tokyo a lo Mario Kart

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¡Atención gamers, nintenderos, frikis, ...! Conducir por la calles de Tokyo emulando a los personajes de Mario Kart es posible. Eso sí, nada de disparar cohetes o tirar pieles de plátano...

Nosotros lo hemos vivido en primera persona y contamos todos los detalles en este post. ^_^

*NOTA: Ni la actividad ni la empresa que la ofrece están vinculadas a ninguna empresa de videojuegos ni a ningún juego en concreto. 

Mario Kart Shibuya

Ya en nuestro primer viaje de 2012 vimos pasar un grupo de karts, vestidos como los personajes de Nintendo (y algún que otro infiltrado), por las calles de Shibuya. Pero por aquel entonces pensábamos que era un grupo de frikis que saldrían a pasear los domingos.
Cuando volvimos en 2016 nos los encontramos en la Torre de Tokyo. Por aquel entonces yo ya sabía que se trataba de unos tours, pero al ir solo dos no nos acabamos de animar.

Tokyo Tower
Foto de 2016

La oportunidad ideal se presentó este año: Un viaje con mi hermana y cuñado, frikis como nosotros...¡No podíamos dejar escapar el momento!

Información sobre las rutas:

La empresa que realiza estos tours se llama Maricar. Tienen varias rutas en Tokyo y algunas en Osaka, Yokohama y Okinawa. 
Para ver los datos de cada una de ellas, hay que ir a la pestaña "Other Shop" y seleccionar la de interés. En ellas se puede ver la duración, recorrido y precio.
Sobre el precio, decir que ponen dos opciones: el precio inicial y un descuento (entre 1000 y 2000 yens menos) si se escribe una review sobre ellos.
Nota: En su web animan a los bloggers, youtubers, etc. a contactar con ellos para ofrecer la VIP Experience, así que nosotros lo hicimos. Tuvimos un mayor descuento por ello, pero como siempre, no dejamos que eso influencie nuestra opinión.

Las rutas pueden ir variando con el tiempo, así como su precio, pero a modo resumen:
Las cortas: 1h de duración, entre 6000 y 8000 yens.
Las medias: 2h de duración, 9000 yens.
Las largas: 3h de duración, 12000 yens.

Sobre cual escoger, teníamos dos cosas claras: queríamos pasar por el cruce de Shibuya y queríamos hacerlo de noche. ¿Que imagen hay más TOP de Tokyo que el famoso cruce iluminado?
Hay dos tours que pasan por él: El de Shibuya, que dura 1 hora, y el de Shinagawa, que da la opción media y larga.
Escogimos la ruta corta de Shibuya (8000 yens) por miedo a que las otras se nos hicieran demasiado largas. En especial para mí, que odio conducir. 
Pues bien, ya adelanto un pequeño spoiler: ¡No se me hizo para nada largo! Así que, si a uno le gusta conducir, quizás la opción de Shinagawa, que incluye la Torre de Tokyo, puede ser aún más TOP.

Mario Kart Shibuya


Documentación necesaria

Para poder hacer la actividad se requieren los documentos que nos acrediten y permitan conducir por Japón, puesto que, no lo olvidemos, se circula por las calles junto al tráfico normal de la ciudad. 
Dichos documentos, todos obligatorios, son: 

1-Pasaporte: El original. Por si os para la policía, hay que ir documentado.

2-Permiso de conducir: Y aquí hay que matizar las diferentes opciones.
  • Permiso de conducir japonés.
  • Permiso de conducir de las fuerzas armadas de U.S. en Japón.
  • Permiso de conducir traducido oficialmente al japonés, expedido en: Suiza, Alemania, Francia, Taiwán, Bélgica, Eslovenia o Mónaco.
  • Permiso de conducir internacional. Solo para los países que firmaron la convención de Ginebra en 1949. (ver la lista de estos países)
Nuestro caso es el último. Hay que tramitar en la DGT el permiso internacional (es muy fácil, está toda la información en su web y cuesta 10,20€) y recomiendo llevar también el permiso de conducir de aquí, por si acaso lo piden para confirmar.

Para aquellos cuyo país no sale en la lista... Lo sentimos pero no podréis realizar la actividad. Entre los afectados se encuentra México.

Mario Kart Shibuya


Nuestra Experiencia

Llegamos unos 15 minutos antes de la hora a la oficina y como también había llegado la otra pareja que nos acompañaría (eran unos coreanos), empezamos a hacer todos los trámites para preparar la salida. 
Nos dieron a leer todo un documento legal y con información del tour, en español, para firmar conforme entendíamos las normas y responsabilidades. Además, nos comentaron que si queríamos quitar la franquicia del seguro, en caso de accidente, podíamos hacerlo pagando 500 yens por persona, cosa que hicimos para ir tranquilos. 
Después dejamos mochilas y objetos personales en las taquillas, menos el pasaporte que ha de ir con nosotros, y escogimos el cosplay que queríamos llevar. 

Una vez tuneados, nuestra guía (una chica muy simpática y expresiva) nos explicó, en inglés, como funcionan los karts (encendido, intermitentes, freno...). Yo pensé que sería mucho lío pero la verdad es que es bastante sencillo. Y también las indicaciones que nos iría dando con la mano (ponernos en fila de dos, en fila de uno, bajar velocidad...) y como teníamos que ponernos en los semáforos de dos en dos (eso lo hizo en una pizarra, muy gráfico).

Nuestro consejo: Aunque la guía haya enseñado donde va cada uno, entre vosotros aclarad quien va a la izquierda, quien a la derecha y así para todas las filas (Luego contaremos porque) y quedad en pasaros las señales de la guía, porque sino los últimos no ven su mano. 
En nuestro caso, lo de repetir el gesto fue algo espontáneo del grupo, coreanos incluidos y nos vino genial, todos pudimos atender bien a las indicaciones.

Pues nada, indicaciones dadas, documentos en regla, trajes enfundados... ¡A los Karts! 

Mario Kart Shibuya

Durante la ruta solo se puede hacer fotos y vídeos con el móvil mientras se hacen las paradas en los semáforos. Yo hice alguno para Instagram, pero solo cuando veía que eran semáforos de larga duración, no fuera que no lograra guardar a tiempo el teléfono en el bolsito donde se lleva el pasaporte y la licencia de conducir (están en todos los karts).
Pero la guía, que se conoce mejor los tiempos, hizo muchas fotos y hasta un vídeo guapísimo, que luego te mandan por email. Así que no hay que preocuparse por ello. ^_^
Además, al finalizar te regalan una de las fotos impresas. 

Al principio iba nerviosa, porque hacía mucho que no conducía y, además, en ciertas calles corríamos un poco (unos 30km/h, que se notan en un kart jeje) porque tienes que ponerte a la velocidad del tráfico, no se puede entorpecer.
Pero al poco rato, cuando vi que todo estaba controlado y que las indicaciones eran fáciles de seguir... dejé los nervios y empecé a disfrutar de la experiencia: Tokyo de noche, saludando a la gente que no paraba de hacernos fotos y vídeos, disfrutando de pasar varias veces por el gran cruce ¡pero esta vez conduciendo!... Era un momento realmente especial.

Tanto, que al final hasta se me hizo corto. Y todos los integrantes del grupo bajamos con una sonrisa del kart. Bueno, algún fan de la conducción hasta me abrazó por la emoción jeje y seguro que nos hubiéramos apuntado a seguir conduciendo un rato más. ;)


¿Es seguro conducir el kart? ¿No hay accidentes?

Es algo que nos han preguntado varias personas.
A ver, si se buscan noticias se puede comprobar que sí ha habido algunos incidentes, aunque la mayoría no son graves. Y el perfil suele ser un poco el de joven de 20 y pocos y de ciertos países. Suponemos que son personas que se "flipan" un poco o no prestan atención, olvidando que están conduciendo por una calle con tráfico real. Nuestra experiencia es que si se conduce con atención, como ha de hacerse siempre, no tiene porque haber problemas.
Eso sí, otro consejo por nuestra parte: Aunque dicen que por seguridad guardemos un kart y medio de distancia con el de delante, guardad un poco menos. Lo suficiente para frenar pero sin despistarse y dejar mucho hueco porque sino motos o taxistas intentarán meterse.
A nosotros nos pasó un par de veces al inicio pero apretamos y ya no dejamos que lo intentaran más.
Hay que entender que ciertos conductores en Tokyo deben estar cansados de encontrarse tours de karts. Cada día. A todas horas. Alguno nos pitó nada más ponerse el semáforo en verde, pero vamos, no tuvimos más problemas.
Nosotros centrados, atentos a las indicaciones, pero también disfrutando y no hubo problemas. ^_^

Antes hemos mencionado lo de hablar entre nosotros para repasar el orden en que nos poníamos de dos en dos cuando parábamos en los semáforos y luego el orden para regresar a fila de uno al rearrancar. Lo hicimos porque mi hermana es un poco disléxica para las indicaciones, pero por lo que vimos cuando ya estábamos en la parte final del recorrido, creemos que no está de más hacerlo.
¿Que vimos? Pues nos cruzamos con otro grupo de Maricar, que estaban parados en un semáforo, y al pasar saludando vimos que dos karts del final de la fila se habían accidentado. ¡Nada grave! Las ruedas de uno se había montado encima de las de otro y estaban discutiendo y avisando al guía. Creemos que seguramente fue debido a que no se entendieron y ambos fueron a parar hacia el mismo lado.
Así que, mejor repasar las instrucciones las veces que haga falta de más que no salir sin tenerlo todo claro.

Mario Kart Shibuya

Conclusión:

La guía estuvo atenta en todo momento, comprobando que el grupo fuera junto en cada tramo y que no hubiera problemas. Además, con su alegría y buen rollo hizo que la experiencia fuera de 10.
Todo el grupo, incluso los coreanos, nos entendimos a la perfección y por eso pudimos ir tranquilos y centrándonos en pasarlo bien. ¡Incluso yo, que odio conducir!
La sensación de pasar de noche por Shibuya es brutal, además te sientes como una estrella, saludando en todos los semáforos a la gente que te graba y hace fotos.
Además, ahora cuando alguien nos diga que también ha pasado por el cruce de Shibuya podemos preguntar: ¿Pero lo has hecho al estilo Mario kart? ^_^ jajaja

¿Repetiríamos? ¡Sin duda! Y más en grupo de amigos, que es una forma ideal para disfrutarlo y echarse unas risas.

Gamers, nintenderos... Ésta es vuestra actividad  friki del viaje. ^_^

Mario Kart Shibuya


Japón 2018: Alojamiento

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En esta entrada hablaremos de los diferentes alojamientos en nuestra ruta por Japón de 2018. Como siempre, valoraremos nuestra estancia, daremos precios y diremos si los recomendamos o no, con total sinceridad.
En esta ocasión hemos dormido en hoteles, hostels, ryokans y hotel capsula... Vamos, que mas variado no podía ser.
En cuanto al sistema de reservas, esta vez hemos contratado la mayoría de alojamientos con los compañeros de "Viajes Callejeando por el Mundo" como explicamos en el post de "Preparativos", menos en algún caso especial que lo hicimos vía Booking, o directamente en la web del propio alojamiento (en el caso de ryokans o hostels).
Como apunte, dejar claro que hemos viajado en época de hanami, una de las más altas y que, por tanto, los precios suben, en especial en ciudades como Tokyo y Kyoto. Por suerte, pillamos un buen cambio (1€ = 130/135¥) y compensó.

También se pueden consultar las opiniones que escribimos sobre los alojamientos de nuestros viajes en 2012 y en 2016.


-APA hotel TKP Nippori Ekimae (Tokyo):

Aunque buscamos con más de 6 meses de antelación, no hubo manera de conseguir algo bien de precio en la zona de Ueno que tanto nos gusta, tanto por conexión como por ambiente.
Lo único, el New Tohoku, que estaba más o menos al mismo precio que cuando fuimos en 2016.
Sin embargo, como ya escribimos en su día, no nos acabó de gustar el hotel. Y esta vez íbamos acompañados, así que... preferimos buscar algo mejor.
En vista que Ueno estaba por las nubes, empezamos a mirar otras zonas y optamos por dormir cerca de la estación JR Nippori, en el tranquilo y bonito barrio de Yanaka, con conexión directa con Narita y a solo dos paradas de Ueno.

APA es una de las muchas cadenas de hoteles tipo ejecutivos de Japón. Y éste en concreto es bastante nuevo y se notaba en sus instalaciones.
El hotel está a pocos metros de la estación, y de camino hay un Family Mart (ideal para comprar los desayunos) y algunos restaurantes, del que destacamos un pequeño ramen muy bueno y bien de precio, justo en la misma acera del hotel.

La recepción es 24h, nos atendieron en inglés (aunque a alguno le costaba un poco) y la disposición del personal a ayudar con cualquier consulta o gestión siempre fue muy buena. Como por ejemplo, a la hora de mandar las maletas al siguiente hotel.

Las habitaciones, como en la mayoría de este tipo de hoteles, son pequeñas y a veces se hace difícil abrir las maletas grandes, pero es el estándar en Japón.
Por el resto, la limpieza muy bien y todo muy nuevo. Como detalle, nos dejaron una nota informando que si no pedíamos cambiar las sábanas durante nuestra estancia, nos regalaban cada día una botella de agua, en agradecimiento por ayudar a conservar el medio ambiente. Esto no lo vimos en los anteriores viajes, y sin embargo en éste nos lo encontramos en varios hoteles. La verdad es que nos pareció genial y de paso teníamos agua gratis.
Por encontrarle una pega, la almohada era muy dura. Aunque la cama nos resultó cómoda.


Los hoteles de estilo ejecutivo se caracterizan por tener en la habitación todo tipo de "amenities" que casi hacen innecesario ir con tu neceser y pijama: peines, cepillos de dientes, gomas del pelo, gorro de ducha, esponjas, jabones, bastoncillos para los oídos, pijamas, zapatillas... de todo.
¡Y secador! Yo para el próximo viaje ya no lo llevo más, porque en todos los alojamientos había.
Además de tener todos Wi-Fi.

También es normal que tengan hervidor de agua con té y café gratis en la habitación. Una sala con máquinas de bebidas y snacks y otra sala con lavadoras y secadoras (a parte del servicio de lavandería, que resulta más caro).
Eso sí, solo tenían dos lavadoras (200¥) y dos secadoras (100¥), con lo que hay que estar atento para pillarlas libres. La secadora además deja algo húmeda la ropa, así que la acabamos de secar tendiendo en la habitación (en algunos hoteles la ducha tiene una cuerda para tender).


Precio por habitación doble pequeña con baño, sin desayuno: 9000¥ (esto es la media de las 7 noches, algunas días salían más caros que otros, al caer fin de semana).

Conclusión: Por unos pocos yenes más, cambiar el New Tohoku por el APA hotel fue todo un acierto. Estuvimos cómodos, estaba limpio... y como está bien comunicado no nos pareció muy cansado los desplazamientos. Si, por precio, no pudiera ir a Ueno, sin duda repetiría.


-Senshikan Matsuya (Shibu Onsen):

Shibu Onsen es famoso por la ruta de los 9 onsens, que da fortuna a quien los completa.
Pero para poder acceder a ellos has de alojarte en uno de los ryokans que poseen la llave maestra. Si no, solo se puede ir a uno de los onsens.
Como nos hacía gracia hacer el circuito, decidimos buscar uno de esos alojamientos.
Obviamente no son los más baratos, son ryokans, pero dentro de los diferentes precios, el Senshikan Matsuya era el que menos se disparaba. Además, unos amigos habían estado en él, así que fuimos con su recomendación.


¿Lo mejor? La atención al cliente, sin duda excelente.
Llegamos en tren a Yudanaka y desde la oficina de turismo de la estación avisaron al hotel para que nos vinieran a buscar (este servicio lo ofrecen a partir de las 14:30h).
Una vez en el alojamiento, nos sentaron en una sala muy auténtica para invitarnos a té mientras rellenábamos los datos del check in y nos daban los detalles de como funcionaba el tema de los onsens con la llave maestra y la posibilidad de llevarnos al día siguiente hasta el parque de los macacos gratuitamente, servicio que también utilizamos.


Las habitaciones, bastante amplias, estaban limpias y bien equipadas, con tv, Wi-Fi, set de té, toallas para los onsen... incluso un kotatsu muy calentito (la mesa con una especie de manta y radiador debajo), pero se ven bastante antiguas y no les vendría mal alguna reforma. El futón estaba bien, sin ser de los más cómodos en los que hemos estado.
Quizá lo peor era el lavabo de la habitación (sin ducha, porque la ducha es el onsen comunitario, chicos y chicas separados), que era minúsculo y alguien muy alto no podría cerrar la puerta.


El onsen estaba bien, rematado en madera cosa que le da un aspecto muy bonito.
De la cena y desayuno no podemos opinar porque no nos va la comida kaiseki ni el desayuno japonés, así que optamos por cenar fuera, aconsejados por la dueña del ryokan.


Precio por habitación doble con baño (sin ducha), sin desayuno: 12960¥ la noche. *Solo en efectivo.

Conclusión: Por atención y por la opción de tener la llave maestra de los onsens, muy bien. Pero como Jordi y yo hemos estado, en otras zonas, en ryokans mucho mejores (mejor conservados) por el mismo precio o incluso algo menos... pues comparativamente sale perdiendo en cuanto a nuestra experiencia. 


-Hotel Sunroute Nagano-Higashiguchi (Nagano):

Regresamos a los hoteles estilo ejecutivo, aunque éste tenía la habitación un poco más grande de lo normal.
Con todas las comodidades y detalles: set para el té/café, zapatillas, pijamas, jabones, cepillos de dientes, secador...
En la recepción nos atendieron muy bien y tenían varios mapas de la ciudad. Además está justo al lado de la estación.


Precio por habitación doble pequeña con baño, sin desayuno: 6300¥ la noche.

Conclusión: Hotel cómodo, bien ubicado y buen precio.


-Country Hotel Takayama

Seguimos con el estilo ejecutivo.
Este hotel se encuentra enfrente de la estación y tiene un Lawson justo debajo, ideal para el desayuno.
El trato en recepción fue muy bueno, atendieron a todas nuestras consultas y nos tramitaron el envío de maletas a Osaka.
A la habitación no le faltaba de nada y estaba limpia, lo único malo para algunos componentes del grupo, es que la cama era muy dura.

Aprovechando que estaríamos dos noches, hicimos la colada.
Al igual que el APA, tienen pocas lavadoras y secadoras, así que, hay que estar atento para poder ponerlas. Además la secadora no seca muy bien y tuvimos que hacer dos ciclos de media hora. (Lavadora 200¥, secadora 200¥ una hora y jabón 50¥).


Y aunque nuestro hotel no tenía onsen, algo por lo que mucha gente nos pregunta para hacer en Takayama, en la oficina de turismo nos recomendaron ir al onsen del Green Hotel, donde aceptan gente de fuera por 1000¥.
Nosotras fuimos sobre las 19h, cuando muchos huéspedes van a cenar. Los vestuarios y la parte interior del onsen es enorme y tiene de todo, solo hay que llevar toalla grande, el resto lo tienes allí.
Y lo mejor, el rotenburo y onsen exterior, que además por la noche tenía un ambiente mágico y tranquilo.

Foto de la web del Green Hotel

Precio por habitación doble pequeña con baño, sin desayuno: 5800¥ la noche.

Conclusión: La ubicación y la atención del Country Hotel son muy buenas, solo hay que tener en cuenta la dureza de la cama para las personas que no duerman bien en ellas. Y en cuanto al onsen, sin duda probar el rotenburo del Green Hotel.


-Comfort Hotel (Himeji):

El último de los hoteles de estilo ejecutivo seguía cumpliendo el estándar de limpieza, comodidad y atención. Está a un pequeño paseo de la estación y tiene algunos restaurantes alrededor, entre ellos un Matsuya (cadena barata de gyudon).

Además nos hicieron el check in muy rápido, cosa que agradecimos porque nos dio tiempo para ir a disfrutar del castillo iluminado por la noche.
En este caso sí que nos entraba el desayuno, bastante completo: tanto opciones occidentales (bollería, tostadas, cereales, huevos revueltos, etc.) como opciones japonesas. Es tipo buffet pero la sala no es muy grande y si las mesas están llenas hay que esperar. Así que, si se quiere estar pronto en el castillo, mejor bajar con bastante antelación.


Precio por habitación doble pequeña con baño, con desayuno: 7300¥ la noche.

Conclusión: La ubicación está bien, hay que dar un paseo pero corto. La habitación correcta, como todos los ejecutivos y el desayuno completo.


-Ryoso Kawaguchi (Miyajima):

Para mi Miyajima es el sitio ideal para dormir en un ryokan al estilo tradicional. Y de los que hay en la isla, el Ryoso no es de los más caros y además los sentos (baños tipo onsen sin ser termal) son privados, mientras que en algún otro son segregados (mujeres y hombres a parte) por no ser privados.

Ya estuvimos en él en 2012 y quedamos encantados, así que volvimos éste año. Reservamos con mucha antelación (8 meses antes), porque al ser el hanami ya estaba casi todo lleno. Recomendamos escribirles un mail directamente, aunque en las webs de reserva no salgan plazas, mejor escribirles.


También recomendamos pedir, si es posible, la habitación Gunjo, para nosotros la más bonita, con vistas al pequeño jardín. Esta vez la pedimos para mi hermana y cuñado, que estaban de luna de miel, y a nosotros nos dio la Seiji, la otra grande pero menos coqueta.
Ambas con aseo en la habitación, toallas, set de té, yukatas... La ducha está junto el sento o baño. Tienen dos y solo has de ir y cerrarte para disfrutar del relax del agua caliente.
El futón, como lo recordaba, muy cómodo. ¡Ah, y con Wi-Fi! jeje


La atención sigue siendo de 10. Y como no contratamos la cena ni el desayuno con ellos, la dueña sacó un mapa con la información de los restaurantes, nos recomendó algunos, y nos dio toda la información sobre los lugares a visitar, horarios y precios.

Si se precisa, te van a buscar al ferry te llevan, aunque nosotros no lo necesitamos. Y al irte te regalan un pequeño amuleto. Todo un detalle.


Precio por habitación doble con baño (sin ducha), sin desayuno: 15120¥ la noche. *Solo en efectivo.

Conclusión: Aunque el precio no es barato, para nosotros sigue siendo un ryokan con mucho encanto y sus dueños son muy atentos, todo muy familiar. Volveríamos sin duda.


-Hana Hostel (Osaka):

En nuestro segundo viaje ya nos alojamos en él y, como Osaka (al igual que Kyoto) sube precios en Hanami, no dudamos en volver a reservar con ellos. Eso sí, estuvimos muy atentos a la apertura de fechas (justo 6 meses antes) porque las plazas vuelan en temporada alta.
Nosotros reservamos las habitaciones dobles, estilo japonés con baño. Pero las tienen estilo occidental, con y sin baño y luego dormitorios compartidos.

Está en la zona de Amerikamura, con ambientillo, restaurantes, a un paso de Dotonbori y bien comunicado.
El personal es muy amable y saben inglés. Si se quiere información sobre lugares a visitar solo hay que consultarles. Además organizan "fiestas" gastronómicas para los huéspedes los fines de semana, donde te enseñan a cocinar okonomiyakis, takoyakis...
Como anécdota, una de las chicas de recepción me reconoció del segundo viaje, me quedé muy pillada de que se acordara que ya habíamos estado allí. jeje


La habitación es pequeña, el futón (que te has de montar tu) es cómodo, hay secador del pelo, aire acondicionado/bomba de calor, jabones varios en la ducha y un par de toallas (puedes alquilar más  por 100¥). Las toallas solo están en las habitaciones con baño.
La señal Wi-Fi era muy buena.
Al ser hostel no te hacen la habitación durante tu estancia.
También hay comedor y zona de lavandería (lavadora/secadora que van con monedas).
La cadena Hana, junto con su asociado J-Hoppers, tienen un cupón donde van sellando las noches que haces en cualquiera de sus alojamientos y cada X noches te hacen un pequeño descuento. Esos cupones no caducan y son transferibles, con lo cual otros amigos pueden usarlo y acumular descuentos.


Precio por habitación doble con baño, sin desayuno: 7800¥ la noche.

Conclusión: Hostel cómodo, limpio, bien ubicado... Siguen siendo una muy buena opción para estar céntrico en épocas altas.


-Hana hostel (Kyoto):

Reservar este hostel, en temporadas altas, es casi una odisea. En el 2016 nos quedamos sin habitaciones, pero ésta vez lo logramos estando muy pendientes de la apertura de plazas. Y aún así, una de las dos habitaciones tuvo que ser sin baño.
Pero es que está muy bien ubicado y el precio, sobre todo en épocas que el alojamiento está por las nubes, es bueno.

Se encuentra cerca de la estación, con restaurantes (entre ellos el Sukiya que tanto nos gusta) y combinis cerca, en una calle residencial tranquila y silenciosa.
La habitación sin baño es más grande que la que tenía baño, pero sin toallas. Aunque no fue problema, puesto que había toallas en la zona de las duchas comunes (aún así nosotros siempre llevamos alguna de microfibra en la maleta). Y también había otro baño separado, con ducha, en la que te podías cerrar.
La verdad es que en los 5 días que estuvimos, encontramos todo limpio y no fue un problema el compartir baños y duchas.

Habitación sin baño


Al igual que el de Osaka, hay que montarse los futones, que son cómodos. Lo único malo es que la habitación sin baño olía un poco raro al entrar, como a humedad. Al poco rato te acostumbrabas y solo se notaba al volver a entrar.

Tienen solo un par de lavadoras y secadoras, pero éstas funcionan muy bien y con un solo ciclo de secado sale todo perfecto. (lavadora 200¥ y secadora 100¥).

La atención, genial, todo gente joven muy simpática dispuesta a ayudar. Incluso me ayudaron a rellenar los papeles para enviar las maletas que compré en el Lawson (desde donde las mandaríamos puesto que el hostel no ofrece ese servicio, solo recibe).

Habitación con baño

Precio por habitación doble con baño, sin desayuno: 7280¥ la noche.
Precio por habitación doble sin baño, sin desayuno: 6880¥ la noche.

Conclusión: Me sigue gustando como opción bien comunicada y barata, en especial en temporadas altas. Aunque esperemos resuelvan ese olor a humedad de la habitación sin baño.


-Cabin & Lounge Highland Station Inn (Fuji Kawaguchiko):

En nuestro segundo viaje dormimos en un hotel capsula en Shinjuku. Y aunque a mi me encantó la experiencia, a Jordi no tanto porque la zona de los chicos no estaba tan bien como la de las chicas.
Esta vez no encontramos nada barato en la zona (lo miramos con menos tiempo, por cambio de planes) y al ver que el parque Fuji Q Highland, al cual iríamos al día siguiente, tenía un capsule al lado la idea tomó fuerzas por ubicación y por precio. (Está justo detrás de la estación de tren.)

Lo primero: comprobar que tuviera zona de chicas, puesto que muchos no la tienen.
Lo segundo: ver su estado, y la verdad es que en fotos tenía buena pinta (lo acababan de abrir hacía un año y parecía todo muy moderno).
Así que nos lanzamos para que, de paso, mi hermana y cuñado vivieran la experiencia.
¡Y fue mejor de lo esperado!


El hotel es nuevo y moderno, las cápsulas son más grandes que la media, con lo cual no te da sensación de estar encerrado y ambas zonas (las de chicos y chicas) tienen baños bien equipados con duchas individuales.


Los zapatos se dejan en taquillas que hay en la entrada, la llave de ésta taquilla la guardan en recepción y te dan otra llave que da entrada a tu zona y abre la taquilla donde dejar la mochila y ropa (ojo que no caben maletas grandes).
Además, puedes coger pijamas y los enseres de baño que necesites: peines, gomas de pelo, maquinillas de afeitar, etc.
Las toallas y cepillo de dientes te los encuentras en tu cápsula, donde hay enchufes normales y USB. Y la Wi-Fi llega bien a todas las zonas.


La única pega es que no hay muchos restaurantes cerca, solo un chino, un yakiniku (carne a la brasa donde cenamos) y un Lawson.
Si se opta por comprar la cena en el Lawson, hay una zona con mesas y microondas en el hotel.

Como plus, si se va a visitar el parque de atracciones: resulta que el hotel es del parque. Así que se puede pedir en recepción el pase de día con descuento y además se tiene prioridad de entrada, es decir, que se puede entrar antes de que abran al resto de los visitantes y por tanto ir a hacer cola primero en alguna de las atracciones top.

Precio por cabina, sin desayuno: 3600¥ la noche.

Conclusión: Opción cómoda y moderna para probar un capsule, a la par que opción barata en la zona para dormir, en especial si se va a ir al Fuji Q Highland.


Y estos son los alojamientos en los que hemos estado en el viaje Japón 3.0.
Nuevamente disfrutamos de una variedad de experiencias y por suerte todos han estado bien.
Como siempre, esperamos que nuestra opinión sincera sirva para futuros viajeros. Y como no me canso de repetir, en Japón hay hostels que pueden estar mucho mejor que algunos hoteles. Y con baño privado, así que no hay que cerrarse solo al tema hoteles.

Si tenéis alguna duda sobre alguno de los alojamientos, no dudéis en preguntar vía blog o por email.



Vuelo y llegada a Tokyo 3.0

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Hay quien diría que, al ser el tercer viaje a Japón, ya debería estar acostumbrada y sin sufrir mucho los nervios de las veces anteriores.
Pero es que el Japón 3.0 tenía un componente especial. En cierto modo, era la luna de miel de mi hermana y cuñado, y que dejaran en mis manos la organización de su gran viaje, para que engañarnos, me tenía nerviosa. jeje

Además, serían 23 días juntos. Que, aunque nos llevamos bien y mas o menos tenemos los mismos gustos en cuanto a visitar lugares, no deja de ser una dura prueba de convivencia.
Teníamos como experiencia previa el viaje familiar de 12 días a Escocia, y la escapada a solas con mi hermana a Londres.
¿Pero superaríamos los 23 días en Japón? ¿Quedarían contentos con el viaje?
Esas eran mis dudas, mis preocupaciones... pero dejaremos la respuesta para el final de las crónicas. ^_^

Fuji, cinco Lagos

Nuestro vuelo salía por la tarde, así que pudimos empezar con calma, cerrando maletas tranquilamente, cogiendo el tren al aeropuerto con tiempo más que suficiente e intentando digerir que: ¡No íbamos los 4 a Japón!

Al llegar al aeropuerto había una gran cola para facturar, menos en la opción de los que teníamos el check-in online hecho. Es un detalle que nos ahorro tiempo de espera y nos permitió comer algo ligero con calma, una vez pasados los controles.

Volvíamos a volar con Qatar y, nuevamente, todo fue bien y en hora. Y eso que el embarque de un grupo enorme de chinos, que la liaron a base de bien hasta lograr sentarse todos (la cara de la azafata era un poema), nos hizo temer lo peor. Pero no, después todo correcto.

Los selfies no son lo nuestro xD
El primer vuelo hasta Doha duraba 6 horas y nosotros habíamos escogido asientos en filas de solo dos butacas (Solemos mirar la configuración de los aviones en la web "Seat Guru") para ir mas cómodos. 
Por el resto, la tripulación muy bien, muchas películas en español (latino la mayoría de ellas) con bastantes estrenos, y la comida no estaba mal para ser de avión.
Eso sí, hambre no pasamos: Almuerzo, té o café el que quieras, merienda copiosa y snacks. Pero esta vez os podemos hablar de uno de los menús especiales: el sin lactosa. 
Mi hermana es intolerante y le pedimos, vía web, el menú sin lactosa. Nos habían advertido que en algunas compañías no era nada bueno, que parecía que les metían un menú especial para todos los tipos (sin lactosa, vegetariano, bajo en sal, sin gluten...) sin más.
Bien, tras analizar el menú de los vuelos de ida y los de vuelta, llegamos a una conclusión: 
El vuelo que salió de Barcelona y el que salió de Tokyo sin duda el menú era uno específico sin lactosa. Le trajeron pescado e incluso algo de pollo, la bollería y pastelitos se los cambiaron por panecillos y fruta fresca (muy buena por cierto) y en vez de mantequilla, margarina. En esos vuelos le gustó el menú.
Sin embargo, en los vuelos que salían de Doha, sospechamos que efectivamente debían unificar los menús especiales, pasando a ser todo arroz y verduras, además de bastante soso. 
Por suerte, como comentamos, te acaban saturando con tanta comida que no se quedó con hambre, la fruta siempre era bienvenida. 


Las casi tres horas de enlace en Doha se hicieron un poco largas, porque la puerta de embarque estaba lejos de las tiendas, y aún así, al final la mayoría son joyerías y tiendas pijas de las que no somos asiduos. jaja
Por suerte, el segundo vuelo salió puntual y, aunque tocaba ir en fila de tres, los vecinos fueron unos japoneses muy amables y tranquilos. Cuatro preguntas típicas de curiosidad (a todos les sorprendía que respondiera en japonés jeje) y después cada cual a lo suyo. 
Era un B777, más amplio y cómodo, había muchas mas películas para amenizar las 10h de vuelo y el kit de amenities traía hasta cepillo de dientes con pasta y calcetines desechables a parte de todo lo que es normal que te den (tapones, antifaz, etc.).

Aún así, tras tantas horas llegamos reventados. Por suerte, en el aeropuerto de Narita todo volvió a ser muy fácil. 


Seguimos las indicaciones hasta el primer control de inmigración, que ahora se ha dividido en dos partes: en la primera unas máquinas donde escanean las huellas dactilares y te sacan foto (hay personal ayudando a los que no se aclaran) y la segunda donde revisan el pasaporte y le ponen la pegatina de entrada al país. 
Después, tocaba recoger las maletas y pasar el último control, donde entregamos la tarjeta rellenada en el avión (en la que marcas si tienes algo que declarar) y donde nuevamente no nos revisaron ninguna de las maletas. 
Así que perfecto, en poco tiempo ya estábamos fuera. Y de hecho, una hora después de aterrizar, estábamos cogiendo el tren "main line" de la keisei, el tren barato (1030¥), como en el viaje anterior, que nos dejaría en Nippori, justo donde teníamos el alojamiento (ver post).
Llevábamos algo de efectivo, por eso no tuvimos necesidad de sacar dinero en el aeropuerto, pero recordamos que allí mismo hay 7-Bank donde sacar dinero sin comisión (más información en el post de Tips).
A pesar del cansancio, durante la hora y cuarto que dura el trayecto del tren, nos mantuvimos despiertos mostrando a los primerizos algunos detalles del transporte de Tokyo, curiosidades, observando a sus gentes, las luces de las urbanizaciones... Todo les llamaba la atención y nosotros revivíamos esa sensación de la primera vez a través de ellos. ^_^

Soltamos las maletas en el hotel y salimos a investigar por los alrededores para localizar donde cenar. Tras un par de vueltas, admirando los cerezos iluminados que había en esa misma calle, nos decidimos por el pequeño restaurante de ramen que estaba en la misma calle del hotel. 


Estaba lleno así que, tras sacar los tickets de compra (en ciertos restaurantes hay unas máquinas donde pagas y al entrar solo has de entregar el ticket de lo que has pedido) nos sentamos a esperar nuestro turno. 


¡Que no cunda el pánico! Al lado de la máquina había información en inglés, para saber que teclas seleccionar. jeje


El ramen era sabor soja, con base de pollo. Y a pesar de no ser base tonkotsu, que es la que más nos gusta, estaba muy bueno. Tanto, que repetiríamos más de una noche. Y es que cuando llegas cansado al final del día, un restaurante como éste, tan bien ubicado, es la salvación. jeje 


Ahora sí que sí... ¡Estábamos en Japón! Pero era tarde, muy tarde. Así que a las 23h tocaba echarse a dormir (esta vez llevaba melatonina para todos y ayudó mucho contra el jet-lag en general).
Al día siguiente empezaríamos a mostrarles Tokyo: tradición, modernidad y frikismo... No faltaría de nada. ¿Se dejarían atrapar por la gran urbe?



JAPÓN 2018

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Preparación: Todo los detalles a tener en cuenta antes de partir.
Alojamientos: Resumen de los Hoteles/hostels dónde nos hemos alojado.
Comiendo por Japón: Más allá del Sushi
Comiendo por Japón II: Recomendaciones
TIPS: consejos para viajar a Japón
Japón: Transporte de larga distancia
Japón: Transporte de cercanías
Friki Mapa
Recorriendo Tokyo a lo Mario Kart

Día   1: Vuelo y llegada a Tokyo
Día   2: Tokyo (Yanaka, Ueno y Akihabara)
Día   3: Shibu Onsen
Día   4: Jigokudani Monkey Park -Nagano
Día   5: Takayama (zona centro y onsen)
Día   6: Hida Furukawa (Your Name)-Takayama (Paseo Higashiyama)
Día   7: Takayama (Hida no Sato)-Himeji (Hanami por la noche)
Día   8: Himeji-Miyajima
Día   9: Miyajima-Hiroshima-Osaka (Dotonbori)
Día 10: Universal Studios Osaka
Día 11: Kyoto (Castillo Nijo, cuesta Keage y canal de Okazaki)
Día 12: Kyoto (Paseo en Kimono por Higashiyama y admirando Geikos en Gion)
Día 13: Kyoto (Arashiyama, Kinkakuji y Kyo Odori)
Día 14: Nara-Uji-Fushimi Inari
Día 15: Festival de Inuyama
Día 16:Excursión a los Cinco Lagos (Mt. Fuji)
Día 17: Fuji Q-Highland-Tokyo (Character Street y Pokemon center)
Día 18: Tokyo (Museo Ghibli, Nakano Broadway y Shibuya)
Día 19: Kamakura y Tokyo (paseo por Ueno)
Día 20: Tokyo (Yoyogi, Harajuku, Shinjuku y Shibuya)
Día 21: Tokyo (Reloj Ghibli, Odaiba y Torre de Tokyo)
Día 22: Tokyo (compras) y vuelo de vuelta

Conclusiones y Presupuesto

EN CONSTRUCCIÓN...

También puedes leer nuestro viaje a Japón 2012 y 2016

Tokyo (Yanaka, Ueno y Akihabara)

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Amanecía en nuestro primer día en Tokyo del Japón 3.0. Un día en el que mi hermana y cuñado podrían disfrutar tanto de zonas tradicionales como de la modernidad de Akihabara. 
¿Y lo mejor? ¡Pillábamos la ciudad en pleno Hanami! Los cerezos en flor nos acompañarían toda la mañana. 

Ueno

El día empezó bastante bien porque, a excepción de mí (que me desperté un par de horas antes), el resto pudieron descansar. 

Aún así, por si acaso, había planeado ese día como periodo de adaptación: paseos tranquilos, disfrutando de los barrios. 
La primera parada fue el Family Mart, donde cogeríamos cada día el desayuno. Como era su primera vez en un combini, nos lo tomamos con calma, examinando los diferentes cafés (acabó ganando un Georgia con leche y toque de caramelo), los onigiris (bolitas de arroz rellenas de muchas cosas, la mejor el tuna-mayo), sandwiches.... y lo más importante: buscar bebidas sin lactosa para el desayuno de mi hermana. 
Hay unas bebidas a base de soja, con diferentes sabores, pero ella no es muy fan. Así que se fue directa a los zumos y acabó eligiendo uno que estaba MUY bueno (luego leí que era un zumo con manzanas de D.O. No se, la caña vamos jeje). Ese zumo pasó a ser su elección principal de cada día. 

Con el desayuno comprado (ya pararíamos a comerlo más adelante), empezamos a mostrarles una zona del barrio de Yanaka. 
Esta zona es una de las pocas de Tokyo que no fue devastada por las bombas y los incendios de la II. G.M. y por tanto, es como pasear por un casco antiguo, con aires a la época Edo. 
Hay una calle comercial, llamada Yanaka Ginza, muy curiosa y llena de tiendas de barrio tradicional, pero como siempre nos levantábamos temprano y regresábamos de noche, no las pudimos ver. 

Cruzamos la estación y nos adentramos en el cementerio de Yanaka, que está totalmente integrado con el barrio: tiene alguna avenida, hay viviendas, una escuela justo al lado... Es otro concepto de cementerio el que tienen en Japón.

Yanaka

Justo en la entrada se encuentra el templo Tennoji, un pequeño remanso de paz, con detalles en su jardín muy bonitos. La entrada es gratis. 

Yanaka

YanakaYanaka
























Enfrente del templo, la gran avenida llamada Sakura-dori (calle de la flor de cerezo). Su nombre lo deja claro: ¡Los cerezos estaban en su mejor momento!
Llegar y ver eso... Tuvimos mucha suerte. 

Yanaka

Fuimos callejeando por el cementerio, observando pequeños detalles, viendo casas antiguas... y acabamos llegando a la tumba de Yoshinobu Tokugawa, el último shogun, que perdió delante de la restauración Meiji

Yanaka
Yanaka

Justo al salir del cementerio, vimos una calle residencial con cerezos en flor y con unos lugares donde poder sentarnos a desayunar, así que allí nos plantamos con nuestro mini picnic. 
¡Eso sí! Hay que recordar que en Japón apenas hay papeleras en la calle, así que nada de dejar la basura por ahí. A la bolsa hasta que encontremos donde soltarla. Siempre destacamos lo limpias que suelen estar sus calles, así que colaboremos con ello. 

Yanaka

Tras reponer fuerzas, y echarnos unas risas al ver pasar mini hormigoneras y camiones de la basura, todos cromados (¿porque tanto cromado en camiones?) pusimos rumbo al parque Ueno, que estaba allí al lado. 
Este gran parque fue originalmente terreno del templo Kaneiji, que pertenecía al clan Tokugawa. Tras las guerras Boshin, donde derrocaron al Shogun finalizando así el periodo Edo (1868), quedó arrasado, puesto que fue el lugar de la capital donde se libraron las últimas batallas antes de la rendición de la ciudad. 
Después de la batalla, los terrenos del templo se convirtieron en uno de los primeros parques de estilo occidental de Japón y se abrieron al público en 1873. Actualmente alberga varios museos, templos y el zoo entre otros.

Ese día entramos a la altura del zoo y lo flipamos: ¡Una de gente brutal! 
Vale que era Hanami pero eso no era normal, no podía serlo. Y según nos acercábamos vimos que de la entrada del zoo salía una cola descomunal de gente, esperando para acceder a él...
Ahí pasaba algo sin duda, así que me fui a preguntar a una de las chicas que organizaban la cola: ¡Había nacido un bebé panda! Y claro, eso allí es todo un acontecimiento. 
Hanami (el parque tiene más de 1000 cerezos) + Bebé panda = Parque Ueno a reventar de gente. Tocaba tener paciencia y pasear con calma, contemplando lo que se pudiera. 

Ueno
Ueno

Eso sí, increíble la limpieza y lo bien organizado que lo tienen, con muchos lugares donde dejar la basura y reciclar.

Ueno

También pudimos contemplar la típica estampa de la gente durmiendo o pasando el rato sentados, mientras guarda el sitio para que su grupo (empresas, amigos, etc.) pueda celebrar una comida debajo de los cerezos: la celebración llamada Hanami. 

Ueno

A pesar del gentío pudimos desviarnos a ver la tumba dedicada a los shogitai (guerreros del shogun que perdieron), la estatua de Takamori Saigo (uno de los generales más importantes de las filas del Emperador y que acabó protagonizando una revuelta contra él, que inspiró la película del último samurai) y el pequeño santuario Gojo-Tenjin, cuya entrada recuerda a un mini Fushimi Inari (están dedicados a la misma divinidad) y que es un rincón del parque que me encanta. 

Ueno
Ueno

Por último, nos acercamos al estanque Shinozabu, lleno de puestos de comida y con mucho ambiente, en especial en la zona del templo Bentendo (dedicado a una de las divinidades de la fortuna), de donde salía toda una avenida de cerezos... ¡Precioso!

Ueno
Ueno

Nos tomamos un tiempo para disfrutarlo e intentar hacer fotos lidiando con los chinos. Y es que ésta sería la dinámica en mucho lugares: batallar con las hordas de chinos que les da igual la gente que estuviera esperando para hacer una sola foto. Ellos se pondrán en medio y se tirarán media hora de sesión fotográfica. Y los que lo han vivido como nosotros (que ya van dos veces, la primera en el momiji de 2016) ya sabrán de lo que hablamos.

Pero bien, con paciencia y meditación logramos las fotos. jeje 
Al regresar a los puestos de comida no pudimos evitar que cayeran unos kakigoris (hielo picado con sirope) (300¥), que ayudan a combatir el calor. Y es que nos estaba haciendo un día increíble y pegaba calor. 


De ahí nos fuimos a la estación de Ueno y de camino fuimos corroborando que es el barrio de los pandas.

Ueno
Ueno

En la estación hicimos básicamente tres cosas importantes:
1-Recargar las IC cards y sacarles dos más a mi hermana y cuñado.
2-Ir a cambiar el voucher por el JR Pass, además de hacer las reservas de los trenes. Esto lo han cambiado un poco, ahora hay un mostrador donde cambias el JR Pass (en la cola te dan para que vayas rellenando datos) y solo te dejan reservar Shinkansens para uno o dos días (no recuerdo exactamente, pero no todos). Si quieres reservar más, como fue nuestro caso, pues hay que ir a los mostradores de reserva normales.
3-Empezar nuestra maratón de "estampitas" japonesas ^_^ (en las estaciones, los monumentos, oficinas de turismo... allá donde hubiera estampita nosotras íbamos jeje Y si no la encontrábamos, pues a preguntar). Nos hemos vuelto con una buena colección. Y lo de maratón... Bien, por alguna de ellas literalmente corrimos. jajaja Pero eso ya llegará.

Con los deberes hechos, salimos a pasear por Ameyoko, un mercadillo al aire libre, bajo las vías del tren. El nombre viene de "America Yokocho" (callejón de América), porque muchos productos estadounidenses solían estar disponibles allí, cuando la calle era el sitio de un mercado negro en los años posteriores a la II. G.M.
Ahora hay desde calzado, ropa, souvenirs, cosméticos, dulces, pescado seco, etc... Y entre callejones, muchos chiringuitos de yakitoris (brochetas de pollo) para comer algo.

Ueno

Nosotros optamos por comer en el Sukiya y así mostrarles una de nuestras cadenas favoritas. ¿Resultado? Acabó siendo también su cadena favorita. jeje Y es que, por su calidad-precio, está muy bueno.
Además, le pregunté en japonés si uno de los platos podía ser sin cebolla (que a mi hermana no le gusta) y, tras un momento de reconfirmación repetitiva en plan "Sin cebolla, pero con cebollino" (la chica quería asegurarse de haberlo entendido bien) pudimos disfrutar todos de nuestros Gyudon (arroz con carne de ternera), unos con cebollino y huevo y otro con queso, al que acabé echándole el extra de huevo porque descubrí que quedaba más bueno todavía jeje.
Lo mejor es que puedes pedir el tamaño que más te apetezca. Normalmente Jordi, mi hermana y yo pedíamos el mediano (con hambre normal) o el pequeño (sin mucha hambre) y mi cuñado estaba entre el grande o XL (según el hambre que tuviera). Entre 420¥ y 760¥ es el rango de precio en el que nos movíamos, y por ejemplo Jordi y yo comimos ese día por 860¥ los dos y ellos por 900¥ los dos.
¡Barato y rico rico ! ^_^  Para colmo el primer día nos dieron unos pequeños vales de descuento para las siguiente visitas. jaja ¡Más ahorro todavía!

UenoUeno
























Bien, ya solo nos quedaba pasar la tarde en Akihabara, el barrio de la electrónica, videojuegos, maidos... Pasábamos de lo tradicional a la locura de luces y sonidos.
Decidimos acercarnos dando un paseo desde Ueno y lo primero que visitamos juntos fue un Mister Potato (tienda de videojuegos retro), después, al llegar al Animate nos dividimos. Era hora de la primera sorpresa del viaje para mi hermana, y no sería la última.

Akihabara

Los chicos seguirían dando vueltas por la zona, viendo tiendas y nosotras dos nos íbamos al Card Captor Sakura Café, serie de la que mi hermana es muy fan.

Akihabara

Este tipo de cafeterías son temporales y suele ser necesario reservar, incluso entrar en sorteo (ver la explicación en el post de preparación).
Al llegar comprobaron la reserva, nos sentaron en una mesa cuyos manteles eran imágenes de la serie, nos explicaron las normas que tenían también escritas en inglés (tiempo que teníamos para estar allí, mínimo de consumiciones a pedir, fotos ok pero no vídeos...) y nos trajeron el menú.
Bien, el menú estaba solo en japonés, pero entre mi poco japonés, su poco inglés y el traductor logramos entenderlo bastante y nos arriesgamos otro poco. jajaja
Después nos levantamos a dar una vuelta por la sala para hacer fotos a la decoración y cotillear la mini tienda.

AkihabaraAkihabara
























Ahí nos dimos cuenta de dos cosas. La primera es que el resto de asistentes, todas chicas, iban hiper arregladas y nosotras con pintas de viajeras de trote. jajaja Y la segunda que les encanta gastar dinero en coleccionables sorpresa: chapas, pins, llaveros... Todo con personajes de la serie pero sin poder escoger, ¡al azar! Nosotras compramos un par como recuerdo, ya que estábamos, pero ellas entre 5 y 10 cada una e iban abriendo y abriendo, emocionándose cuando tocaba el personaje deseado.
La faceta consumista japonesa.

Cuando llegaron nuestras coloridas bebidas (Una de arándanos y otra de casis, MUY dulces) y el postre, que estaba muy bueno, nos entregaron también unos posavasos de regalo, también a escoger al azar.
La presentación era, sencillamente, exquisita.

AkihabaraAkihabara
























Pasado el tiempo estipulado, y tras pasar un agradable rato entre hermanas, pagamos y fuimos a buscar a los chicos.
Las dos consumiciones, el postre y los dos llaveros costaron 3000¥. No es nada barato, pero al final pagas la ambientación y los detalles que le ponen a lo que tomas. Pagas la experiencia vamos. Y mi hermana quedó muy contenta, que era de lo que se trataba. ^_^

Al salir ya había anochecido, así que dimos una vuelta más por la zona, visitando alguna tienda más de videojuegos, los recreativos Sega, el Yodobashi camera con sus maquetas y figuras...

Akihabara

Y como no, alguna foto nocturna al cruce lleno de pantallas.

Akihabara

Para cenar volvía a apetecer ramen, así que volvimos a Ueno para llevarles al Ichiran, una cadena de tonkotsu ramen, nuestro favorito (el caldo es a base de huesos de cerdo) y que es muy peculiar porque comes sin ver al camarero y de forma individual en la barra (aunque si vas en pareja puedes quitar la división lateral y comer juntos). En el post de comida hablamos más sobre sus curiosidades y sobre como pedir el ramen personalizado.
Tuvimos que hacer cola y esperar un rato, además de separarnos dos y dos, porque para cuatro no había sitio, pero fue todo un éxito que repetiríamos sin duda.
En cuanto al precio, bol de ramen más el huevo, 1020¥ por persona.

Ueno

Tras una buena cena, tocaba retirarse al hotel a descansar. Era el primer día y ya nos habíamos pegado una buena caminata.
Pero antes de dormir tocaba hacer la mochila para las siguientes noches y bajar a recepción para enviar las maletas al hotel de Takayama, donde llegaríamos tres días después.
Yo llevaba toda la información del hotel, así que nos ayudaron a rellenar los papeles, nos midieron el equipaje, pagamos (1814¥ por maleta grande) y listo. Ya no teníamos que preocuparnos por nada más.

Nos íbamos a dormir con un buen sabor de boca, Tokyo no había decepcionado.
Al día siguiente empezábamos a mostrarles otro Japón, la parte rural...



Shibu Onsen y sus 9 baños públicos

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En nuestro segundo día del Japón 3.0 dejaríamos Tokyo, a la que volveríamos al final del viaje, para iniciar la ruta por el país. 
La primera parada sería Shibu Onsen, una aldea termal cuya historia se remonta a la época Edo y algunos de sus ryokans tienen más de 400 años. 
Escogimos alojarnos en ésta aldea termal por estar situada cerca del parque de monos Jigokudani, los famosos macacos de los onsens. Y porque la tradición dice que sus 9 onsens traen buena suerte. 

Unos amigos habían estado en ella, pero en febrero, y nos pasaron la información y su experiencia (en su caso muy positiva). 
Y me quedé con eso y con las típicas fotos bonitas que uno ve de Shibu Onsen, en las que luego te fijas y te das cuenta que son siempre el mismo lugar y poco más...
Así que nos vino a la mente nuestras visitas anteriores a Magome o Yunomine y acabamos creando una gran expectación en torno a la aldea. Y eso, a veces, tiene cierto riesgo... Pero ya me estoy adelantando.

Yudanaka

Para mí el día empezó muy pronto, gracias a nuestro amigo jetlag. Así que, mientras el resto dormían, yo decidí salir a dar una pequeña vuelta por el precioso barrio de Yanaka y disfrutar de los cerezos en flor. Es una zona tan tranquila y residencial que me encanta...


Volví a recoger a todo el equipo y tras hacer el check-out, de forma muy rápida, nos paramos a comprar el desayuno en el combini y rumbo a la estación de Ueno, donde empezaríamos a usar los JR-Pass y cogeríamos el primer shinkansen del viaje. Eso sí, antes sacamos dinero en un 7Bank de la estación, porque el ryokan de Shibu Onsen no acepta tarjetas. 
Por eso siempre solemos ir con algo de tiempo a las estaciones: orientarse, gestiones como comprar desayunos o sacar dinero, etc. Que los Shinkansens son muy puntuales y no esperan a nadie. jeje 


El primer trayecto hasta Nagano, una horita y media, pasó cómodamente y algunos aprovecharon para seguir durmiendo (Jordi decidió mimetizarse con los japoneses y se pasó todo el Japón 3.0 durmiendo en los trenes). Los que no, fuimos disfrutando del paisaje: Hanami en Tokyo, zonas más rurales después y por último empezamos a vislumbrar los alpes japoneses, llenos de nieve, a lo lejos. 

Al llegar a Nagano tocaba buscar la Dentestu line, compañía que hace el tramo hasta Yudanaka (la estación de tren más cercana a Shibu Onsen y al parque de los monos). Pero fue muy fácil, porque estaba bien señalizado. 
Como íbamos a pasar una noche en la zona, no podíamos sacar provecho del "Snow Monkey Pass", que cubre tren i/v y el bus hasta el parque de los monos, pero solo durante 24h. Así que tocaba pagar el tren de ida, ya que no entra en el JR-Pass: 1260¥ por persona. 
El trayecto duró 45' y cuando llegamos a la pequeña estación de Yudanaka un hombre mayor, muy majo, salió de la oficina de turismo y vino directo a nosotros (los gaijins que veníamos en el tren jeje). 
Nos preguntó de donde éramos y nos comentó que él estaba estudiando inglés y que estaba ahí como voluntario, para ayudar a los turistas a la par que practicaba. 
Le dijimos que nos alojábamos en Shibu Onsen y que teníamos que llamar al hotel para que nos vinieran a buscar, pero eso sería a las 14:30h (que es cuando empieza el servicio de recogida del ryokan) y que mientras miraríamos de comer en Yudanaka, puesto que eran las 13h. 
Rápidamente se ofreció a llamar él al ryokan, nos dio un mapa con la información de Yudanaka (restaurantes y tiendas) y nos comentó que regresásemos allí a las 14:30h que el del hotel ya estaría esperando.
Y con esta nueva muestra de amabilidad japonesa, nos fuimos a echar un vistazo a Yudanaka y buscar donde comer. 

El pueblo en sí nos pareció bastante normalito, eso sí, dejando claro cual es el motivo de turismo de la zona. 

Yudanaka
Yudanaka

Y en cuanto a restaurantes... Pues los pocos que estaban abiertos eran de comida occidental, tipo cafetería, y/o caros. La mayoría que tenían pinta de comida casera y barata estaban cerrados. ¿Día de descanso? En fin, que valoramos y optamos por entrar al Lawson que había enfrente de la estación, comprar algo para comer (y el desayuno del día siguiente) e ir a un jardincito que había justo en la estación, con bancos. 
Unos onigiris y nikumans (bollo de pan al vapor relleno de carne) y listos. Picnic sencillito. 

Yudanaka

A la hora convenida ahí estaba la minivan que nos llevaría a Shibu Onsen. Nos despedimos del hombre majete y rumbo al ryokan. 
Ambos pueblos están muy cerca, llegamos en 5-10 minutos y eso ya fue lo primero que nos extrañó. Porque nos habíamos imaginado que estaría más en la montaña, más apartado de las carreteras principales y un toque más rural, como Yunomine
Pero no, se ve todo bastante normal, menos la callecita posterior, que es donde están los ryokans y algunos de sus edificios o rincones ya dan un aire más época Edo. Pero sin ser todos, como en Magome

Yudanaka
Yudanaka

Llegamos al ryokan (ver post del alojamiento) y la dueña nos atendió de forma exquisita (sabe inglés): Nos ofreció té en la sala de la entrada mientras rellenábamos los datos del check-in, nos dio mapas de la zona donde salen indicados restaurantes y los onsens, nos explicó como va el tema de los 9 onsens y la llave maestra, nos mostró las habitaciones y se ofrecieron a llevarnos al parque de los monos al día siguiente. Vamos, ¡una atención de 10! 

Bueno, aquí tocaba dividirnos, ya que los chicos no querían ir a los onsens, puesto que son segregados. 
Así que, ellos darían una vuelta por la aldea cámara en mano y nosotras a por el reto de los 9 onsens.

Para poder ir a los 9, has de alojarte en alguno de los hoteles que disponen de la llave maestra (no todos los de la zona la tienen), puesto que los baños están cerrados y solo con la llave se accede (de las 6h a las 22h). 
En la web de turismo de Shibu Onsen, abajo del todo, hay dos PDF: un mapa del pueblo con los hoteles y los onsens situados (donde indica cuales tienen la llave) y otro con la información de tiendas y restaurantes.

Yudanaka

¿Y si no te alojas en esos ryokans? Entonces solo puedes acceder al onsen nº9 (llamado O-yu), que es el más grande, de las 10h hasta las 16h, previo pago de 500¥ en el Centro de Información.

Otro detalle, que puede servir de souvenir, es una toalla que te venden para coleccionar los sellos que hay en la entrada de cada onsen, más el que hay arriba en el santuario Takayakushi (creo que cuesta entre 1000 y 1200¥) .
Nosotras llevábamos nuestras libretas para coleccionar los sellos/estampitas así que no la compramos.

Mi hermana y yo nos duchamos en el onsen del ryokan (en ese momento no lo sabíamos pero sería de los más bonitos que vimos ese día), puesto que en los de la ruta no te puedes enjabonar, solo pasarte un agua previa, y nos pusimos el yukata dispuestas a ir a por la buena fortuna.

YudanakaYudanaka

Por fuera los onsens son bonitos, un aspecto de madera, antiguo... Tienen una puerta para las mujeres y otra para los hombres, que se cierran automáticamente.

Yudanaka

Pero por dentro... El primero fue un jarro de agua fría: todo azulejo azul, muy feo, nada de encanto. ¡Y para colmo el agua estaba hirviendo! Mi hermana me miró asustada: ¿Están todos a esta temperatura?
Le expliqué que no, que se podía regular con el grifo de agua fría, y eso intentamos (estábamos solas además), pero nada, había demasiada agua hirviendo y el chorro de la fría era muy débil.
Algo decepcionadas nos fuimos a por el segundo y... ¡Más de lo mismo! Azulejo azul e hirviendo...

YudanakaYudanaka

Esto no iba como nos esperábamos. Yo pensaba que tendrían un poco más de encanto, para empezar, y que la temperatura estaría caliente pero no saliendo de Mordor...
Nos fuimos sin meter más que los pies y en el tercero vimos un poco de esperanza. Era de madera y el agua estaba aceptable (acababan de salir unas chicas y suponemos que por eso ya estaba más atemperada).
Nos metimos un rato a disfrutar, mientras comentábamos el chasco que nos estábamos llevando. No eran el tipo de onsens que esperábamos.
Así que tomamos una decisión: iríamos a verlos todos, pero solo nos bañaríamos en los que realmente fueran de madera. Si es que el agua no estaba sacada del monte del destino, claro.

YudanakaYudanaka

Tras un rato dentro, llegó una familia, así que decidimos seguir probando suerte (la verdad es que no nos encontramos muchas personas en los onsens).
En nuestro trajín por el pueblo, nos cruzamos con los chicos, que estaban visitando el santuario y nos comentaron que arriba estaba la última estampita. Ajá... ¿Arriba? En ese momento nos miramos mi hermana y yo: en yukata, con sandalias de madera, escaleras empinadas... ¡Nos íbamos a reír!

Yudanaka

Decidimos dejarlo para el final y seguir con los onsens. Al final, los únicos que nos gustaron fueron el 1, el 6 y el 9, que al ser el público es más grande (pero a esas horas ya solo estábamos los de los ryokans).

La ruta de los chicos tampoco resultó muy exultante. El pueblo, quitando un tramo algo más pintoresco (que es el que sale en todas las fotos) y unos templos, poco más tiene.

Yudanaka
Yudanaka

De hecho, fueron hasta una "mini cascada" con estanque, donde en verano se pueden ver luciérnagas y resultó ser una caída de agua en una pared de cemento en mitad de un descampado.

En el tramo "bonito" se encuentra el ryokan Kanaguya. Uno de sus edificios, de casi 100 años de antigüedad, sirvió de inspiración a Miyazaki para crear el Aburaya de "El Viaje de Chihiro". Pero no es el único, se dice que hay otros ryokans y onsens que le inspiraron para al final coger ideas y juntarlas, como el Dogo Onsen de Matsuyama en Shikoku.


Es un edificio muy bonito, y más cuando lo iluminan por la noche, pero la lástima es que le han construido delante otro anexo más moderno, que aunque intenta guardar la línea, tapa parte del antiguo.

Reunido el grupo, faltaba el reto de subir al santuario vestidas de esa guisa. Pero pasito a pasito lo logramos y hasta nos pudimos hacer una foto de grupo con calma.
Si algo tiene Shibu Onsen, es la tranquilidad al caer el día.

Yudanaka

Como no teníamos contratada la cena en el ryokan, preguntamos por restaurantes baratos y nos indicaron uno en que hacían la especialidad de la zona: Soba, unos platos de caldo vegetariano con los fídeos finos tipo soba (alforfón).
El restaurante es pequeño pero muy acogedor y al estilo tradicional.

Yudanaka

Nos dieron la carta en inglés y nos pedimos unos yakitoris (brochetas de pollo) y el plato especial de la zona.
La verdad es que estaba bueno, pero concluimos que todos somos más fans del gustoso y calórico ramen. jeje

YudanakaYudanaka

De postre nos trajeron, gratis, unas manzanas troceadas muy buenas. Y es que la región de Nagano es famosa por sus manzanas y la señora nos lo recordó con una sonrisa que denotaba orgullo al decirle que realmente eran deliciosas.
La cena nos salió por 790¥ cada uno. ¡Muy bien de precio!

De regreso al ryokan, la dueña nos ofreció el servicio gratis de llevarnos por la mañana al parque de los macacos, cosa que aceptamos agradecidos.
Nos subimos a las habitaciones, nos preparamos un té y a descansar bajo el kotatsu calentito. ^_^
Descansar y yo a darle a la cabeza. No quería que mi hermana se fuera de Japón con una imagen tan "simple" de los onsens públicos, así que no paré hasta encontrar la solución... próximamente en el blog. jeje


Me gustaría matizar un poco sobre nuestra experiencia en Shibu Onsen, ya que he hablado de decepción.
Como comento al inicio, nuestro problema fueron las altas expectativas y la comparación con otros lugares.

-¿Es feo el pueblo? A ver, feo tampoco, es un pueblo normalito con alguna pequeña zona con encanto. Pero nada comparado a Magome o otras poblaciones rurales. No nos transportó a la época Edo vamos.
-¿Merece ir por los onsens? No. Si ese es el motivo, para nosotros no merece la pena. Hay otras poblaciones con onsens mucho más bonitas y con más encanto. Ahora bien, si se va por otros motivos, como los monos, y se hace noche... pues ya puestos, ¿porque no disfrutarlos?
-¿Merece la pena alojarse allí? Si se tiene tiempo y se quiere ir con calma ¿porque no? El lugar es tranquilo por la noche y estuvo bien. Pero si no se tiene muchos días, buscaríamos otras zonas con más encanto donde dormir en un ryokan.
-¿Era la mejor época? Pues creemos que con nieve el lugar ha de ganar mucho. Seguro que tiene un aspecto más especial. Nuestros amigos fueron en Febrero y tienen mejores recuerdos de la zona.

Pues eso, que a veces uno se crea unas expectativas y no siempre se cumplen. Y eso nos pasó con Shibu Onsen. 

Yudanaka

Friki tiendas temáticas de Barcelona

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Que Barcelona es la meca del frikismo dentro de España creo que no se discute.
Un Salón del Manga de larga trayectoria (recuerdo la primera vez que fui con 15 años...), al que acuden más de 100 mil personas cada año, el Salón del Cómic, otros eventos como la Japan Weekend, tiendas de renombre que iniciaron la importación de material japonés hace años, como la mítica Chunichi Comics, y el hecho de tener el denominado triángulo friki creo que lo avalan.

Pero en el último año han surgido unas cuantas tiendas temáticas, en unas pequeñas galerías de Barcelona que, para mí, aumentan el toque friki de la ciudad. 


Escribir un post con toooodas la tiendas frikis de Barcelona se me hace casi imposible (sería interminable jeje), pero la mayoría están en el denominado triángulo friki, donde se asientan las grandes editoriales como Norma y Gigamesh, la mítica Chunichi y otras pequeñas tiendas de rol, Warhammer, etc. 

Por si os interesa, os dejo el artículo que escribieron los compañeros de "La próxima Parada", que visitaron algunas de ellas y pusieron el mapa donde salen la mayoría, porque actualmente me consta que se ha ampliado el número de pequeñas tiendas frikis de la zona. 

Pero como comentaba, yo quería destacar varias tiendas temáticas, que se han abierto en las Galerías Maldà, en pleno centro de Barcelona. 
Y no solo las tiendas, sino los eventos que se realizan entorno a ellas: mercadillo de artesanos algunos fines de semana (a los que ceden el espacio de forma gratuita, ayudando así a dar visibilidad a las creaciones de artesanía), conciertos de violín de Harry Potter, concursos de cosplay, etc. Toda una apuesta friki encabezada por la gente de Reino de Juguetes.

Callejón de Muggles

Ya os hablé al detalle de ella en el post "Tienda Harry Potter de Barcelona".
Fue la primera tienda temática en abrir en las galerías y con ella quisieron transportarnos al Callejón Diagón. 
Todo un acierto abrir la primera tienda dedicada en exclusiva al mundo mágico de Harry Potter, cuyo éxito permitió a Reino de Juguetes abrir las otras tiendas temáticas de las galerías y empezar a organizar los eventos. 


Callejón de Muggles
Dirección: c/Portaferrisa 22, dentro de las Galerías Maldà (Como llegar)
Horario: Lunes a Jueves de 10h a 20:45h, Viernes y Sábados 10h a 21h y Domingos de 11h a 20:30h
Abren algunos festivos.
Tienda online: ReinodeJuguetes.com
Redes sociales: FacebookInstagram 


Thrones Store

¡Otra de mis perdiciones!
Tras Harry  Potter van y me abren una tienda de ¡Juego de Tronos!
Tazas, camisetas, figuras chulísimas, los huevos de Dragón, joyas, abre cartas, libretas, bolsos...
Y como no, los libros de la saga y otros relacionados con ella muy interesantes. 


Y para los valientes (mayores de edad eso sí): ¡la bebida de Fuego Valyrio! Es una pasada ver el efecto de las ondas al moverse. 
También tienen los vinos de diferentes zonas de poniente...


Da igual a que casa seáis fieles, da igual si sois miembros de la guardia de la noche, del pueblo libre o viajeros de Essos... Todos encontraréis alguna pequeña joya que llevaros a casa. Incluso los seguidores del Rey de la Noche quedarán fascinados por algunos objetos. ;)

Y además, si se lo pedís a la Khaleesi, os dejará sentaros en el famoso trono y sentiros como el rey/reina de los Siete Reinos. 


Thrones Store
Dirección: c/Portaferrisa 22, dentro de las Galerías Maldà (Como llegar)
Horario: Lunes a Jueves de 11h a 20:45h, Viernes 11h a 21h, Sábados 10h a 21h y Domingos de 11:30h a 20:30h
Abren algunos festivos.
Tienda online: ReinodeJuguetes.com
Redes sociales: FacebookInstagram 


Kame Hame Shop: 

¡Anem a buscar, la Bola de Drac, envoltada en un misteri és un gran secret! 
Si hay una serie que marcó a mi generación esa es Dragon Ball. Sin duda la que acabó de abrir las puertas del anime y manga a España, allá por los inicios de los años 90. 

Pero Dragon Ball parece atemporal y sigue enganchando a los más pequeños, eso hace de ésta pequeña tienda un lugar donde padres y peques frikis disfrutan por igual la emoción de escuchar la banda sonora de la saga y poderse hacer una foto encima de la nube Kinton. ¡Eso sí! Solo apto para los puros de corazón ;) 


Figuras (algunas de ellas solo las habíamos visto en Japón), las bolas de dragón, camisetas y sudaderas (me encanta la de Capsule Corp), los cómics, libros dedicados a la saga...


Un mágico rincón que te llenará de nostalgia. Y no se lo digáis a nadie... pero hay días en que puedes encontrarte allí al maestro Mutenroshi. ;) 

Kame Hame Shop
Dirección: c/Portaferrisa 22, dentro de las Galerías Maldà (Como llegar)
Horario: Lunes a Jueves de 11h a 20:45h, Viernes 11h a 21h, Sábados 10h a 21h y Domingos de 11:30h a 20:30h
Abren algunos festivos.
Tienda online: ReinodeJuguetes.com
Redes sociales: FacebookInstagram 


Funko Barcelona:

Si ha habido un fenómeno en ventas frikis en la última época estos son los muñequitos cabezones de Funko.
Los hay de todas las temáticas: Marvel, Star Wars, DC, Disney, clásicos del cine, Harry Potter, Dragon Ball y Juego de Tronos, series de moda... ¡Incluso de cantantes!


Pues bien, para los coleccionistas de los cabezones, o fans de ciertas sagas que les hace ilusión tener los de su temática, se acabó el dar vueltas de tienda en tienda, en ésta encontraréis una gran variedad de ellos. Incluidos los "especiales", los que recrean escenas, los que vienen en bolsitas y son sorpresa...
Y si no encuentras ese Funko que tanto buscas, no dudes en consultarles. Al fin y al cabo es una tienda especializada.
Y obviamente, en ella no faltan los lanzamientos de las grandes novedades. 

Funko Barcelona
Dirección: c/Portaferrisa 22, dentro de las Galerías Maldà (Como llegar)
Horario: Lunes a Jueves de 10h a 20:45h, Viernes y Sábados 10h a 21h y Domingos de 11h a 20:30h
Abren algunos festivos.
Tienda online: ReinodeJuguetes.com
Redes sociales: FacebookInstagram 


¿Que os parecen éstas tiendas temáticas? ¿En cual de ellas os quedaríais? ^_^ Yo estoy dividida la verdad. jejeje

Y hablando de corazoncito...si os gusta ir a pasear con vuestros amigos peludos, que sepáis que todas las tiendas de Reino son Pet Friendly ^_^

Fotos cedidas por Reino de Jueguetes

Ojalá el proyecto de las galerías siga creciendo (me comentan que pasado verano habrá novedades ^_^), que sigan haciendo eventos y, porque no, que otros pequeños negocios se atrevan a seguir dando vida a unas galerías frikis. ^_^
¿No creéis que un caldero chorreante vendría de lujo a la zona? jeje



Jigokudani Monkey Park y Nagano

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Este día visitaríamos a unos particulares habitantes de la zona: los macacos japoneses, famosos por sus baños en los onsens. 
¿Conseguiríamos ver muchos? ¿Se estarían bañando? No había nieve así que no sabíamos que nos encontraríamos al llegar al parque.

Yudanaka

Pero primero tocaba dar una pequeña vuelta por la aldea y localizar alguna máquina de bebidas para el desayuno (tarea nada difícil en Japón, estés donde estés).
De paso, vimos que en las tiendecitas vendían unos manjus (pastelitos) típicos de la zona, cocidos con el vapor del agua termal, y mi hermana y yo decidimos probarlos. 
Compramos un onsen manju (65¥) y un saru manju (85¥), saru significa mono. Los dos estaban rellenos de anko (pasta de judía roja dulce) pero la textura y sabor de la pasta eran diferentes. A las dos nos gustó más el onsen manju, pero ambos estaban buenos. ^_^

Yudanaka

Aprovechamos para preguntar a la señora mayor de la tienda si los monos se acercaban al pueblo. ¡Y medio en japonés, medio con gestos e interpretación nos explicó que sí! Y que a veces tenían que cerrar las tiendas y asegurarlas bien porque las forzaban o se colaban por ventanas para llevarse los dulces. No sabemos si es verdad o no esa historia, pero nos reímos mucho por como nos lo contó. Sigo pensando que las abuelitas del mundo rural japonés son lo más.

A las 9h habíamos quedado con los del ryokan para que nos acercaran al parque. Para las mochilas nos dieron tres opciones: 
1- Se las quedaban en el ryokan pero teníamos que volver en bus o a pie (unos 45-50 minutos).
2- Nos las dejaban en un bar enfrente de la estación de Yudanaka, a donde llegaríamos en bus. 
3- Dejarlas en la oficina del bus que va a Nagano (por un sobrecoste de 300¥ creo) si es que íbamos a ir en bus a la ciudad. 

Como para llegar a Nagano preferíamos el tren (luego comprobamos que los buses a Nagano tenían mucha cola y había quien se tenía que esperar al siguiente), optamos por la opción 2 y nos mostró incluso una foto de la fachada del bar donde nos esperarían las mochilas. 

Al llevarnos en coche nos dejaron justo en la entrada del sendero que da al parque, donde hay una tienda de souvenirs. Si se va en bus hay que caminar un poco más, pero tampoco mucho, unos 10 minutos. 

Yudanaka

Los carteles ya te advierten que nada de comer ni llevar basura (que huele) a partir de ese punto. Así que nos paramos a comer los onigiris, nos deshicimos de los envoltorios en la tiendecita y ¡rumbo a los macacos!

Como no había nieve ni barro el sendero se hizo muy fácil y ameno. No tardamos más de 25 minutos en llegar y eso que fuimos disfrutando del paisaje. 
Para cuando nieva o hay mucho barro en la tienda alquilan calzado especial. 

Yudanaka

Al llegar al Korakukan, un ryokan tradicional que se encuentra a nada y menos del parque, nos sorprendió ver una manada enorme de monos bajando hacia la zona... ¡Había montones!

Yudanaka
Yudanaka

Nos paramos a hacerles muchas fotos, sorprendidos y porque no sabes lo que te encontrarás luego arriba ¿Quedarían monos o estaban bajando todos? Las crías son una monada. jeje
¡Por cierto!, algunas veces a los macacos les da por acompañar a los clientes del ryokan en el onsen exterior, por eso les hicieron sus charcas de onsen arriba, para que no bajaran tanto al del ryokan. ¿Os imagináis estar dentro del agua y que se os plante al lado un macaco? 

Proseguimos hacia la entrada al parque, donde te recuerdan de nuevo las normas de la comida y te advierten que no los toques ni los persigas, mantener la distancia (aunque esto ya depende del macaco y la mayoría pasan mucho de ti y hasta te rozan sin darte cuenta) y, por supuesto, nada de darles de comer. Hay que recordar que son animales salvajes, que están libres en su hábitat y, por tanto, son impredecibles. 
Además, hay vigilantes atentos a que nadie incumpla las normas y velando por el bienestar de los animales.
En las oficinas de entrada hay baños, lockers para dejar bolsas y las taquillas donde pagar la entrada (800¥). 

Una vez pasada la entrada nos quedamos alucinados: ¡Había muchísimos macacos! Madre mía... con toda la manada que había bajado no pensamos que quedaran tantos. 

Nos dirigimos al onsen principal (están construyendo algunos más) y ya nos empezamos a hacer a la idea de que iba a ser raro verlos dentro. ¡Si es que pegaba un calor, como para meterse!
Vimos a alguno que estaba mojado y saludando a los fans mientras se secaba: 

Yudanaka

Así que esperamos cerca de la charca para ver si había suerte. La mayoría de gente se sentaba en uno de los bordes y la verdad es que a los macacos les daba igual si estabas allí o no...
Algunos se acercaban a beber. ¿En serio? ¿Agua caliente? Pero la mayoría se mantenían lejos de las aguas termales. 

Yudanaka

Al final pudimos pillar a un par de jovenzuelos darse un chapuzón rápido: entrar, cuatro brazadas y salir. 

Yudanaka
Yudanaka

En vista que no era el día de los baños, seguimos recorriendo el resto de la zona, observando como se desparasitaban (¡Alguno estaba en la gloria!), como dormían, jugaban...

Yudanaka

Y más de una vez nos sorprendimos de lo que se acercaban. Estos me pasaron rozando el pantalón y fue como me enteré de su presencia, porque yo estaba atenta a otros...

Yudanaka

Y este otro ejemplar se le acabó acercando a Jordi.

Yudanaka

Lo dicho, que campan a sus anchas y no te hacen ni caso. Nos fascinó poderlos contemplar tan de cerca y me siguen pareciendo los macacos más bonitos que hay. Tienen tanto pelo que su aspecto mullidito es muy kawaii. jeje 

Llegamos sobre las 9:30h y a las 11h empezó a llenarse de gente, nuevamente el dormir al lado nos había beneficiado a la hora de hacer fotos sin tanta gente. 
Resignados a que el calor no favorecería que los monos se diesen un baño en el onsen, nos fuimos a cotillear los souvenirs y la sala que tienen con información (todo eso después de llevarnos cientos de fotos de monos en las cámaras). Allí leímos que solo el 30% de los macacos se bañan, generalmente los jóvenes, y que no suelen hacerlo en horas de calor. Ajá... Vamos que la típica estampa del macaco dentro del agua es en invierno (y no siempre). 
Esto nos confirmó lo que ya habíamos pensado el día anterior en Shibu Onsen: ¡La mejor época para ir es cuando aún hay nieve!
Eso sí, los macacos una pasada. (Queremos recordar que en Kyoto también hay una zona con macacos, para quien no quiera/pueda invertir tiempo en venir hasta aquí, ver post).

Yudanaka

Deshicimos el camino y bajamos hasta donde nos habían indicado que estaba la parada del bus, y confirmamos que para Nagano había mucha gente esperando.
En cambio nosotros pudimos coger bien el que nos llevaría a la estación de tren de Yudanaka (cogimos el de las 12:47h y son 310¥ por persona) y, una vez allí, fuimos a recoger rápido las mochilas al restaurante que nos indicaron para tomar el tren que estaba a punto de salir (1260¥ y no entra en el JR Pass).
En esta línea de tren circulan varios modelos, y uno de ellos es tipo panorámico y muy curioso porque tiene la cabina del maquinista arriba.
Fue justo el que cogimos a la vuelta y flipamos porque el conductor no tiene escalerilla para subir ni nada... ¡A pulso! Menos mal que era joven. O.O


Al llegar a Nagano fuimos a dejar las cosas al hotel, paramos en la Oficina de Turismo de la estación (donde nos dieron mapas, panfletos e indicaciones sobre que ver en Nagano) y nos fuimos en busca de un lugar donde comer.
Acabamos en un pequeño ramen de barra, en una callecita enfrente de la estación, que estaba muy bueno (770¥ por persona).

Nagano

Como solo disponíamos de una tarde en Nagano, optamos por visitar en templo Zenkoji, puesto que para otras visitas había que tomar buses hacia las afueras.
Desde la estación son unos 30 minutos a pie, paseando tranquilamente por la calle tradicional Omotesando, llena de tiendas, restaurantes y adornada por unas lámparas tradicionales muy bonitas, que pudimos ver encendidas al regresar hacia el hotel.

Nagano
Nagano

Justo en el último tramo antes de llegar a la entrada hay varios templos a los lados y algunos de ellos son Shukubos (templos que funcionan como alojamiento).

Nagano

Después se llega a la primera puerta, Niomon o puerta de los guardianes. Y entramos al recinto donde se encuentra calle Nakamise, que es la típica callecita con tiendas de souvenirs, de dulces y alguna cafetería. Como eran ya casi las 17h la mayoría estaban cerradas, pero pudimos comernos un rico helado con mermelada de manzana de Nagano (370¥).

Nagano
Nagano

Al final de la calle se encuentra una de las estatuas que más me gustó, la de un Jizo sentado (protector de los niños, de los bomberos y los viajeros). Por lo visto, el templo se quemó en varias ocasiones y en 1722 decidieron construir esa estatua a modo de protección.

Nagano

Después atravesamos la puerta Sanmon y pudimos contemplar el pabellón principal o Hondo.

Nagano
Nagano

A esas horas ya estaban cerrando, así que nos dedicamos a explorar el recinto, lleno de detalles y recovecos, donde encontramos un curioso guía del templo.

Nagano
Nagano

Nos lo tomamos con calma y regresamos paseando tranquilamente. De bajada mi hermana se paró a comprar un meronpan en una panadería que tenía venta al exterior y estaba delicioso, además de ser barato (200¥).

Regresamos al hotel para darnos una ducha y descansar un poco y después nos fuimos a cenar a nuestro amado Sukiya, donde usamos los vales de descuento que nos habían dado en Tokyo y cenamos por 800¥ la pareja. ^_^

Al día siguiente pondríamos rumbo a Takayama y comprobaría si mi plan secreto del onsen tradicional podría salir adelante...



Takayama, visitando el casco antiguo y acabando en un onsen.

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La primera vez que visitamos Takayama disfrutamos de un paisaje nevado precioso, pero dispusimos de poco tiempo para explorar como es debido el casco antiguo y sus alrededores. 
Esta vez haríamos dos noches y nos lo tomaríamos con más calma. Eso sí, no tuvimos la suerte de que la nieve nos acompañara de nuevo.

Takayama

Como el trayecto iba a ser largo, compramos el desayuno en el combini de turno y, al llegar a la estación, la bebida de maíz que tanto me gustó en el segundo viaje. Es como una sopa de maíz calentita y con los granos dentro. Como a mi hermana también le gusta el maíz, la compramos para que la probara. 


El paisaje hasta Takayama sigue siendo muy bonito. Zona rural con los alpes nevados al fondo. Lo que sí que ha cambiado es la pequeña estación de Toyama, que con la llegada de los grandes Shinkansens se ha transformado en una estación enorme. 
Incluso la estación de Takayama ha sido reformada... ¡menudos cambios en 6 años!
Por cierto, en Toyama teníamos 20 minutos de trasbordo para conseguir el sello, pero con la estación tan cambiada y grande nos dio miedo perder el tren y fuimos primero a localizar el andén. Una vez allí, mi hermana y yo nos miramos, soltamos todo el peso a los chicos y salimos corriendo en busca del sello. Le preguntamos a un par de revisores y al final lo logramos. ^_^ Nuestra propia maratón.


Al llegar a Takayama, me pasé por la Oficina de Turismo de la estación a por mapas, que los tienen en español, y a confirmar la información que había leído en Internet, para llevar a mi hermana a un rotenburo bonito (onsen al aire libre). La chica me confirmó que estaba todo correcto y, por tanto, mis planes seguían en marcha y con mucha ilusión porque llegara la noche. A todo esto mi hermana no se olía nada. 

Tras dejar las mochilas en el hotel (ver post), donde nos confirmaron la llegada de nuestras maletas, nos dirigimos a pie hacia el casco antiguo y decidimos parar a comer pronto para así empezar las visitas sin detenernos (En Takayama las tiendas y lugares a visitar cierran a las 17h).
Escogimos el Manpukutei, el mismo restaurante que en el primer viaje, donde pudimos probar unos cortes de ternera de Hida (carne wagyu). 
Al igual que la de Kobe, es cara, por eso optamos por un plato de gyudon, que lleva arroz y ternera normal, pero al que añaden unos finos cortes de la de Hida (venía solo marcada y un poco marinada). Una forma económica de probarla, y merece la pena porque se deshace en la boca y está muy buena. (El menú costó 1400¥ )
También tienen otros platos, para quienes no les guste la carne de esa forma, como es el caso de mi hermana, y son algo más baratos (800-1000¥). 

Takayama

Al salir empezamos la ruta por el casco antiguo, cuyas casas y tiendas datan del periodo Edo (1600-1868), en el que prosperó como ciudad de mercaderes adinerados. 

Takayama

Nuestro primer objetivo era una de las casas de particulares que se puede visitar: la casa Kusakabe (la entrada cuesta 500¥). 

Takayama

Aunque la casa ardió en 1875, fue reconstruida un par de años más tarde manteniendo la distribución y usando los mismos materiales y técnicas con el objetivo de que no perdiera su identidad. 
Los propietarios eran prestamistas del estado y el lugar también se usaba como casa de cambio.

La casa es grande y nos encantó visitarla. Primero recorrimos, descalzos, las diferentes habitaciones, la salita donde encendían la lumbre, etc. En todas ellas había diferentes objetos de la vida cotidiana de la época Edo. 

Takayama
Takayama

Son dos pisos y hay que vigilar porque las escaleras son muy inclinadas. Como en los castillos.

Takayama

Al bajar, nos calzamos y pasamos a un patio donde nos ofrecieron una taza de té gratis y donde pudimos sentarnos a tomarlo tranquilamente. 
Tras el corto descanso, visitamos el pequeño pero coqueto jardín y una última estancia que era un pequeño museo, repleto de artesanía de la zona. 

Takayama

Muy contentos con la visita, tomamos rumbo al Santuario Sakurayama Hachiman, construido a los pies de una colina, donde empieza el bosque. Nos pareció un lugar bonito al que, además, apenas llegaban los turistas. El casco antiguo estaba a rebosar de gente pero ahí estuvimos tranquilos. 

Takayama
Takayama

Aprovechamos para purificarnos (en muchos santuarios ya hay dibujos explicando como hacerlo) y pudimos admirar a un sacerdote y una sacerdotisa saliendo de un ritual privado. 

Takayama
Takayama

Tras el santuario, intentamos visitar el templo Betsuin, pero estaba totalmente en obras, así que seguimos callejeando, pasando por un bonito riachuelo y merendando un delicioso helado de melocotón de Hida (300¥). 

Takayama

Acabamos llegando a la zona más concurrida, donde hay muchísimas sakerías (cuyo símbolo es una bola enorme de paja de cedro en la entrada), tiendas de souvenirs, productos de la zona, etc.
Y donde venden unos bollitos al vapor rellenos de ternera de Hida MUY buenos (500¥).

Takayama
Takayama

Al pasar por una de las tiendas, escuché a un guía en inglés comentar que esa tienda era famosa por el miso y que dentro se podía hacer una cata. 
Entré con mi hermana y allí un amable anciano invitaba a todo el mundo a  probar la sopa, que estaba deliciosa, y explicaba que la hacían con dos tipos de miso. ¡Me sorprendió que hablara tan bien el inglés, la verdad! 
Para quien le guste cocinar y en especial sea fan de la sopa miso, allí vendían ya los paquetes preparados con los dos tipos de pasta y te daban la información sobre como elaborarla. 

Takayama

Un detalle que esta vez pudimos admirar son los cobertizos donde guardan las carrozas de los festivales, unos edificios con puertas enormes para que estas puedan entrar y salir.

Takayama

Paseando, paseando, llegamos al final del casco antiguo y decidimos que todavía teníamos tiempo antes de que anocheciera, así que decidimos pegarnos la caminadita hasta el santuario Hie, a las afueras (unos 10 minutos a pie desde el puente rojo, Naka-bashi).
¿Y porque ese santuario? Aunque es el protagonista del festival de primavera, nuestro interés radicaba en que sirvió de inspiración para dibujar la entrada al santuario Miyamizu de Itomori, donde Mitsuha, la protagonista de la película "Kimi no na wa" (Your Name), ejercía de sacerdotisa. 

La entrada al santuario es muy bonita, rodeada de grandes árboles. Y si en el anterior no había mucha gente, aquí estuvimos completamente solos. 

Takayama
Takayama

Al llegar al punto de la torii roja, nos dimos cuenta que no acababa de cuadrar. Ni las escaleras, ni el tipo de farolillo, y la torii era diferente... Pero bueno, se trata solo de una inspiración (hay otras localizaciones que las representaron tal cual, muy real).

Takayama
Fotograma de la película Kimi no na wa

A la vuelta, releyendo el post de Japonismo sobre las localizaciones, vimos que los farolillos eran los que estaban en las escaleras que dan al parking, pero aún así la disposición de los elementos en la película está modificada. 

Tocaba volver al hotel, unos 25 minutos a pie, paseando por calles tranquilas y residenciales. Al llegar, dejamos a los chicos haciendo lavadoras. ¡Nosotras nos íbamos al onsen! 
Le dije a mi hermana que creía que este sí le iba a gustar, pero que no lo conocía, por aquello de no poner de nuevo las expectativas altas, y nos fuimos caminando hasta el Green Hotel (unos 10 minutos a pie), pasando por delante de los baños de pies Hida Hanasato, al lado de la estación, que nuevamente estaban cerrados. ¿Abren alguna vez? Ahí me di cuenta que en el mapa ya no salían los baños de pies del Green Hotel, donde estuvimos la primera vez, y al llegar descubrimos que habían ampliado el edificio y eliminado esos baños. ¡Que lástima!

Bueno, nosotras a lo nuestro. Entramos en recepción, pregunté por el onsen y allí nos dieron una bolsita con una toalla pequeña (la grande la has de llevar tu), nos comentaron que el horario para los no huéspedes era de 15 a 22h y nos cobraron los 1000¥ que cuesta la entrada. 
Nos indicaron donde era y al entrar, una mujer mayor, trabajadora del hotel, nos indicó por gestos y en japonés (al ver que yo entendía algo) donde estaban las taquillas, la fuente de agua, las duchas, un cartel explicativo de las normas... ¡Hasta nos dio unas gomas para el pelo! Vamos, un encanto. jeje
Al ser las 19h, hora en que muchos huéspedes del hotel estarían cenando, había pocas mujeres. A pesar de ello, no estaba vacío, así que no pudimos hacer fotos, pero pondremos unas sacadas de la web del hotel. 

Tras desvestirnos y dejar todo en las taquillas, fuimos a ducharnos y ya vimos las grandes piscinas de agua termal interiores. Ahí pude comprobar que a mi hermana le gustaba mucho más el lugar que los onsens de Shibu. Peeeero yo todavía tenía un as guardado en la manga...

Foto de la web de Green Hotel

Una vez duchadas, le dije a mi hermana que si quería luego iríamos a esas piscinas, pero que primero teníamos que ir a otro lugar (adelanto: no volvimos jaja). Y la llevé hacia una puerta que daba al rotenburo (onsen exterior con jardín). 

Ahí sí, los ojos de mi hermana se abrieron de par en par y con una gran sonrisa dijo: ¡Esto es lo que yo imagino al pensar en un onsen! ¡Como en Love Hina!
Su cara de felicidad me quitó un peso de encima y pudimos relajarnos un buen rato en silencio, disfrutando del jardín. Al ser de noche, la imagen es tal cual la vivimos nosotras. ¿No parece de cuento?

Foto de la web de Green Hotel

Tras un buen rato dentro de las aguas termales, y cuando ya notamos que necesitábamos enfriarnos e hidratarnos, volvimos al interior para beber, secarnos y vestirnos. 
Habíamos intentado aprovecharlo al máximo y nos dirigimos a la salida muy contentas, donde nos volvimos a encontrar con la mujer mayor. Le pregunté donde dejar las toallas pequeñas (tenían el nombre del hotel bordado) y nos dijo que eran para nosotras, un regalo. ¿¡En serio!? Al ver nuestra cara de sorpresa y alegría la mujer sonríe y nos dice en voz baja: ¡Made in China! Ahora sí, mi hermana y yo nos echamos a reír y con nosotras la abuelita. Si es que son la caña. Me lo paso en grande con ellas. 

Con toda esta aventura para contarles a los chicos, regresamos al hotel. Y yo empecé a no encontrarme muy bien por la fatiga (es un síntoma muy común en la Esclerosis Múltiple y el calor a veces lo dispara o agrava. Quizás el onsen... pero valió la pena). Así que optamos por lo cercano y fácil para cenar: el McDonald's de detrás de la estación. Así podrían probar las hamburguesas especiales de Japón: la teriyaki y la de gambas. 

Después a descansar y, por suerte, no habría que madrugar. Al día siguiente nos tomaríamos con calma nuestra visita a Hida Furukawa y sus localizaciones de "Kimi no na Wa" ^_^




Hida Furukawa y ruta de Higashiyama

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El motivo de visitar Hida Furukawa era puramente friki: visitar las localizaciones que salen en la película de animación "Kimi no na wa" (Your Name). Y es que ésta representa la  zona de Itomori (lugar ficticio), donde vive Mitsuha y a la cual Taki y sus amigos van en su busca.
Y, de paso, también sirvió para conocer alguna otra pequeña ciudad tradicional cercana a Takayama y sin tanta gente.

Hida Furukawa

Esta población de Gifu se encuentra a tan solo 15 minutos en tren de Takayama. Eso sí, solo paran los trenes locales, así que hay que mirar bien los horarios. 
Después de no haber madrugado mucho y tras hacernos con nuestro desayuno en el combini, tomamos rumbo a otra ciudad cuyo casco antiguo sigue conservando ese aire a la época Edo. 

Al igual que Takayama, la ciudad ganó riqueza y fama a través de la madera de alta calidad que se encuentra en la región y las habilidades artesanales de alto nivel de los carpinteros locales.
Pero la curiosidad que la hace destacar es un pequeño canal, llamado Setogawa y habitado por muchas carpas, que discurre a lo largo de 400 metros por el casco antiguo, rodeado de las antiguas casas/tiendas de los mercaderes. Sin embargo, las carpas solo las sueltan por el canal de abril a noviembre. En invierno las trasladan a un estanque con mejores condiciones de temperatura.

Hida Furukawa

Al llegar a la estación ya empezamos a encontrarnos localizaciones de la película (escribiremos un post específico explicándolas bien). 
No nos encontramos con Hidakuro (la mascota de la zona) en persona, como les pasó a Taki y sus amigos, pero sí con su póster a tamaño real. 


Justo saliendo de la estación está la oficina de turismo, donde una mujer muy amable nos marcó en el mapa todas las localizaciones de la película y nos dio una revista, en japonés eso sí, donde se veían fotos. ¡Está siendo todo un fenómeno el film! Pero aún así le sorprendió que fuéramos gaijins los que preguntáramos por ello. Y se disculpó por no tener más información en inglés. 
Con su mapa y la información de los compis de Japonismo ya lo teníamos todo.
Le pregunté como llegar a la parada de bus Ochiai, otra localización, pero me dijo que estaba muy complicado y le entendí que el bus cuyo horario yo llevaba no circulaba esos días, así que nada.
Por último, nos confirmó que las carpas aún no las habían soltado (era finales de marzo), y es porque el agua de los canales se congela fácilmente y nos comentó que estaban todas juntas en un estanque.
Con toda la información, nos fuimos a explorar.

Justo al salir, fotito a la estación, donde Taki se para a preguntar a un taxista. Y porque nos dio reparo pedir el recrear la escena, ¡porque taxi había! jeje


Subimos al puente que cruza la estación para hacer foto a las vías y nos llevamos una sorpresa. Justo en el medio, las ventanas estaban abiertas e incluso habían puesto un escalón para que puedan hacer fotos los fans mas peques. ¿Como sabemos que era por eso? Pues porque había un cartel que lo ponía y explicaba en que horarios se puede pillar al tren parado en la misma posición que en la peli .¡Alucinamos! 
Por desgracia, no nos cuadraba el horario.


Una vez vueltos a pie de calle, echamos a andar entre campos de arroz y casitas rurales dirección al Santuario Keta Wakamiya, que está un poco alejado del casco antiguo. 

Hida Furukawa

En este santuario es donde Taki pregunta a unas vecinas, mapa en mano. 


El lugar es muy bonito, en medio del bosque, rodeado de grandes árboles y mucho silencio. Al final, estos santuarios tan poco concurridos, en semejante entorno, son los que más me acaban gustando. 

Hida Furukawa
Hida Furukawa

De ahí regresamos a la zona centro y recorrimos la calle principal que da al canal Setogawa, con sus casas tradicionales y todo muy bien conservado y ambientado (las restauraciones se hacen siempre acorde con el estilo de la época antigua). 
Nos llamó la atención que, como pasa el canal, las casas han de disponer de un pequeño puentecito en la entrada para acceder.

Hida Furukawa
Hida Furukawa

Al final de la calle, entramos a visitar el templo Enkouji (es gratis) y nos acercamos a comprar unas brochetas de Gohei Mochi (pasta de arroz), que salen comiendo los protagonistas. 
Pero aquí hay un poco de controversia. Los protagonistas se las comen sentados enfrente de la tienda/restaurante Ajidokoro. Pero se dice que las brochetas que comen no son de allí, sino de la tienda Okadaya, donde supuestamente hacen los mejores Gohei Mochi (200¥). 
Así pues, fuimos a Okadaya a por esas brochetas y, de paso, cogimos unas de ternera de Hida (350¥), también muy buenas (en la tienda tenían muchas cosas relacionadas con la película: cajas de galletas, caramelos, etc.).

Hida Furukawa
Hida Furukawa

Y nos fuimos a hacer la foto con ellas delante del Ajidokoro.
Tenía miedo que las Gohei Mochi tuvieran el mismo sabor que el Mitarashii Dango, que no me gusta, pero es diferente, estas sí me gustaron, aunque al final cansa un poco. 


Después recorrimos esa calle, que es la comercial, en busca del mítico sake de los dioses de la película. 
A mi hermana le gustaba la forma de la botella y quería ver si no era muy caro. Pero resultó que sí, que el precio picaba un poco. Y más cuando ella no lo quería para beber sino solo como recuerdo (3240¥). También vendían unas botellas más baratas con la etiqueta de la película, pero sin ser el frasco tradicional, y la cajita cuadrada que contiene caramelos. 
Mi hermana decidió no comprarlo, sin saber que, pasados unos días, podría hacerse con uno mucho más barato. ;)

Hida Furukawa

Paseando vimos la sakería Watanabe, una fábrica que se encuentra en un edificio histórico y que ofrece catas gratuitas. 
La mitad del grupo no bebe alcohol, pero la mujer sacó un saque dulce sin alcohol para compensarlo y que todos pudiéramos probar. 
Al principio nos supo mal, porque sabíamos que no compraríamos sake, pero insistió y también nos puso unos snacks buenísimos. Así que, al final compramos los cacahuetes que tanto nos gustaron (540¥) por la buena atención y las explicaciones que se molestó en ofrecernos. 
Por cierto, nos chocó que nos preguntara si íbamos a conducir. Un detalle que se ve que tienen en cuenta antes de ofrecer catas. 

Hida Furukawa
Hida Furukawa

Al salir de la cata pasamos por delante del Hida Craft Museum, donde encontramos el estanque en que estaban las carpas, pasando el invierno. 

Hida Furukawa

Nos pasamos por la tienda Ohbora, tienda de telas tradicionales donde hacen, de forma artesanal, las trenzas que aparecen en la película y donde también se pueden comprar, tanto en trenza para el pelo como en forma de pulsera. Pero al ser hechas a mano sube un poco el precio (sobre los 2000-3000¥). 
En Takayama las venden pero no son artesanales (sobre unos 500¥).

Hida Furukawa

Justo al lado se encuentra la biblioteca, que ese día estaba cerrada, y que también sale en la película. 
Esta fue la última localización que visitamos. 


Consultamos los horarios de tren y vimos que nos daba tiempo a tomar uno para ir a comer a Takayama, así que dimos por finalizada la visita y regresamos para comer de nuevo en el Manpukutei. Para variar, yo pedí la hamburguesa y no creo que merezca la pena, mejor pedir uno de los platos. (entre 900 y 1400¥)

Takayama

Como aún teníamos la tarde, decidimos hacer la ruta de Higashiyama, empezando en la zona de los templos (el primero es el Renroji)  y finalizando en el parque Shiroyama, donde hay las ruinas del castillo. 

Takayama
Takayama

Desde el inicio tuvimos que estar atentos y mirando los nombres de los templos, porque había diferentes rutas señalizadas a la vez. 
En la primera zona vas pasando por diferentes templos, donde quisieron recrear (en el periodo Sengoku, las guerras de unificación) la zona Higashiyama de Kyoto. 

Takayama
Takayama

Siguiendo la carretera acabamos cruzando un puente desde el cual teníamos que acabar llegando al parque, pero ahí no se que pasó, nos llamó la atención algo que había en el río y no debimos ver la indicación del desvío, con lo que acabamos tirando recto. Tras un rato metidos en una calle de casas normalitas empezamos a pensar que por ahí no era, hasta que vimos un cartel que nos indicaba que para el parque diéramos la vuelta y nos metiéramos por unas escaleras hacia arriba. Todo muy raro. 
Al final dimos con el parque sí, pero por la zona que no tocaba, la que supuestamente sería la salida si hubiéramos hecho bien la ruta. ¡Nos habíamos perdido! Y empezaba a anochecer...
Resignados con ver solo las ruinas del castillo, subimos la colina y nos encontramos de frente con un chico extranjero que nos dijo en inglés y algo asustado que no fuéramos por la ruta de abajo, porque se había encontrado una mamá oso con su osezno y había tenido que dar media vuelta. 
Cuando vimos que camino señalaba... ¡Era por donde teníamos que haber entrado! Madre mía nos los podríamos haber cruzado. De hecho, nos adentramos un poco en el camino y vimos una cadena con una advertencia de que se habían avistado osos y que mejor no pasar.

Después de hacer razonar a Jordi, que ir a buscar un oso para hacerle fotos no es la mejor idea que podía haber tenido, dejamos a la familia osezna tranquila y subimos hasta el mirador del castillo, del cual quedan poco más que cuatro piedras. Pero desde donde hay una vista bonita a los alpes. 

Takayama
Takayama

Bajando caímos en que igual tampoco podríamos haber entrado por el otro extremo del parque (o no deberíamos), porque seguramente habría la misma advertencia con una cadena barrando el paso.
Así que nada, sin conseguir ver el parque y ya con la noche encima, regresamos paseando a la zona tradicional con la intención de hacer fotos, pero apenas había iluminación y los locales con las persianas bajadas no tenían ningún encanto, así que desistimos. 
Eso sí, pasear cuando todo está cerrado y sin gente es una delicia. 

Al llegar al hotel tramitamos el envío de maletas (las mandamos a Osaka mientras haríamos ruta hasta Miyajima) y así al día siguiente podíamos ir con calma a visitar Hida no Sato. 
Como volvía a resentirme de la fatiga, compramos la cena en el combini de debajo el hotel y nos lo tomamos con mucha calma.



"You Name" (Kimi no na wa) en Hida Furukawa y Takayama

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"Kimi no na wa" o "Your Name" fue todo un éxito de la animación japonesa cuando salió en 2016. De hecho, es la película anime con más éxito de todos los tiempos en tierras niponas, y no nos extraña. 
No solo tiene una buena historia, además, es una maravilla visual donde los escenarios son recreados de una forma muy auténtica. 

Tal fue el éxito, que algunas poblaciones, como Hida Furukawa, no tardaron en intentar atraer ese turismo "friki" que gusta de visitar las localizaciones de sus series o películas favoritas. 


Dentro de Your Name podemos diferenciar dos "mundos" diferentes. 
El de Taki tiene base en Tokyo, y por tanto sus localizaciones se centran en esa ciudad. Algunas de ellas como Shibuya o Shinjuku son lugares que hemos visitado varias veces, así que nos atraía más centrarnos en el mundo de Mitsuha. 
Esta joven sacerdotisa vive en un pueblo ficticio llamado Itomori cuyas localizaciones parecen estar inspiradas en diversos puntos de las prefacturas de Gifu y Nagano, incluso en la isla Aogashima. 
Nosotros visitamos las de Takayama y Hida Furukawa, que son las más cercanas a las rutas turísticas. Además, algunas de ellas son un calco de las reales.

Pero por si se está interesado en el resto de localizaciones y en leer un análisis detallado de la película, recomendamos el artículo de Japonismo sobre "Kimi no na wa", que además a nosotros nos ha servido de guía. 
A parte, en la oficina de información de Hida Furukawa, nos dieron un mapa con todas las localizaciones marcadas y las tiendas relacionadas con algo de la película. 

Santuario Hie-Takayama: 

Situado en la zona este de Takayama, y a unos 10 minutos a pie desde el puente rojo de Naka-bashi o a 25 desde la estación, este santuario donde se celebra el festival de primavera de Takayama sirvió de inspiración para recrear el santuario Miyamizu de Itomori, donde Mitsuha ejerce de sacerdotisa. 

Esta es una de las localizaciones que son más "inspiración" que recreación real, puesto que la torii roja no es del todo exacta (la real tiene unos refuerzos en la parte inferior) y además el ángulo en que salen los farolillos de piedra no encaja con la realidad. 
En la versión del mundo real los farolillos más cercanos son de madera. Los de piedra están en las escaleras que suben desde el parking, más alejados de la torii, y por tanto el ángulo de encuadre no es el mismo. 


Estación de tren de Hida Furukawa: 

Esta población sale cuando Taki decide abandonar Tokyo e ir en busca de Mitsuha, viaje al cual se suman dos amigos suyos. 
Nada más llegar nos muestran la estación de tren desde varios puntos y es tal cual, uno de los lugares fielmente reflejados. 

En la parte interior no nos encontramos a Hidakuro, la mascota de la zona, en persona. ¡Pero han puesto un cartel a tamaño real!


Fuera de la estación está la zona de taxis, donde Taki empieza a preguntar por la localización de Itomori mostrando unos dibujos, ya que en realidad él no recuerda el nombre del lugar exacto. 
Allí mismo está la parada de taxis y nos cuadró que había uno pero no nos atrevimos a molestar al hombre para recrear la escena. jaja 


La siguiente imagen de la estación está reflejada desde el puente que cruza las vías. 
Y aquí es donde uno ve la importancia que le han dado al turismo que viene por la película. Justo en el punto exacto del encuadre las ventanas están abiertas, para poder hacer la foto bien, hay un escalón al que subirse (genial para los fans más peques jeje) y ¡encima han puesto los horarios en que el tren está parado en la posición exacta que sale en la película! 
Por desgracia a nosotros no nos cuadraba esa hora para estar ahí.


Santuario Keta Wakamiya-Hida Furukawa: 

Este santuario se encuentra en las afueras, a un pequeño paseo a pie desde la estación, pero es un lugar bonito y bien merece la pena. 
Allí, en sus escaleras, es donde Taki sigue intentando localizar el lugar donde vive Mitsuha, mostrando los dibujos a unas vecinas de la zona. 

Aunque la inclinación de las escaleras es mayor en la película, la verdad es que el lugar ha sido reflejado bastante fiel. 



Ajidokoro y Okadaya-Hida Furukawa: 

En un momento dado, los amigos de Taki deciden sentarse a degustar una especialidad de la zona mientras éste sigue preguntando. 
Se trata del Gohei Mochi, hecho de pasta de arroz y que nos gustó mucho más que los dangos que había probado hasta ahora. 
Bien, el lugar donde se sientan a comerlo es la tienda/restaurante Ajidokoro. Aunque al no haber banco y ser encuadre aéreo cuesta recrear la escena. jeje


Peeeero se dice, se rumorea que los Gohei Mochi tendrían que ser de la tienda Okadaya, famosa por hacer los mejores de la zona. 
Así pues, los compramos en el Okadaya (200¥), y además también probamos un pincho de carne de Hida (350¥), muy bueno. 


Biblioteca-Hida Furukawa: 

Otra localización que es igualita es la biblioteca. Allí va Taki a intentar informarse de la ubicación de Itomori, y salen varias escenas dentro de ella. Pero nosotras la vimos que estaba cerrada y suponemos que dentro tampoco dejarán hacer fotos. 


Parada de autobús Ochiai-Tsunagawa: 

Esta localización en realidad no la pudimos ver porque no está en Hida Furukawa. Los horarios de tren no nos cuadraban y, en teoría, hay un bus que nos hubiera llevado, pero al mostrar los horarios que encontré por internet a la señora de la Oficina de Turismo me dijo que ese bus no funcionaba. No supe averiguar si era solo ese día, la época o es que la ruta ya no existía...
Cuestión, que nos dijo que iba a ser difícil llegar, así que lo descartamos. 
Pero por lo que sabemos, la parada del bus es tal cual al lugar donde Taki y sus amigos descansan exhaustos de su búsqueda. 


Ohbora-Hida Furukawa: 

Ésta, junto con la sakeria Watanabe no son localizaciones de la película, pero están relacionadas. 
Es una tienda de telas tradicionales donde hacen, de forma artesanal, las trenzas que aparecen en la película y además se pueden comprar. 
En ella podemos ver el tambor con el que se hacen dichas trenzas, llamadas Kumihimo, y que usan la protagonista y sus hermanas en la película. 


Fábrica de sake Watanabe- Hida Furukawa: 

Son varias las tiendas donde se puede comprar la botellita de sake que sale en la película o botellas normales etiquetadas con un dibujo de las sacerdotisas. 
Incluso una cajita de madera donde guardan la pasta, que han procesado en su boca, para que se transforme en sake. Solo que dentro hay caramelos, nada salido de la boca de una sacerdotisa. jeje 

Pero la fábrica de sake Watanabe es una de las famosas y tradicionales en Hida Furukawa, ubicada en un edificio histórico donde, además, ofrecen catas de sake gratis. 



Y estas son las localizaciones de "Kimi no na wa" que hemos podido visitar y retratar con calma. A ver si cuando regresemos por Tokyo podemos volver a sacar fotos más específicas del mundo de Taki. ^_^

Esperemos que esta entrada siga animando a los viajeros frikis a ir en busca de los lugares de sus series y películas favoritas. 




Hida no Sato y Hanami nocturno en Himeji

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En 2012 Jordi y yo visitamos Hida no Sato en vez de Shirakawago, y pudimos disfrutarla a solas, bajo la nieve. Nos pareció realmente espectacular y nos gustó que, al ser aldea museo, pudimos aprender mucho sobre como se vivía en la zona en la época Edo.

En este viaje tocaba decidir de nuevo entre ambos lugares. Shirakawago en bus resultaba caro, así que pensamos en hacerlo en coche de alquiler y, de paso, ver otras aldeas cercanas que no están tan masificadas como Shirakawa (Ainokura y Suganuma). La idea la sacamos del blog "A proposito de mi". ¿Problema? Ellos fueron en verano, nosotros a finales de marzo y, consultando por mail, desde la oficina de turismo nos advirtieron que en esas fechas podría: o estar nevado (como nos pasó en 2012) o como mínimo haber hielo en las carreteras de montaña por la mañana y podría resultar peligroso conducir en esas condiciones sin estar acostumbrado. Con esa información desechamos la idea de la ruta en coche.

Entonces: ¿Shirakawago o Hida no Sato? Para nosotros, pagar los más de 4000¥ de bus solo estaba justificado si el paisaje estaba en una fase bonita (nieve o verde), pero este año ya no había nieve y estaba todo marrón (previo al verde de primavera/verano). Si le sumamos lo masificado, el que no tienen tantas explicaciones (un punto que mi hermana y cuñado también valoran mucho como nosotros) y que hay que pagar en cada casa que sea visitable...
Pues como a Jordi y a mí no nos importaba repetir, Hida no Sato fue la elegida.

Hida no sato

Tras dejar las mochilas en la recepción del hotel y comprar el desayuno, fuimos a la estación de buses y compramos el billete combinado para ir a Hida no Sato (930¥ bus i/v más entrada).
Cogimos el primer bus del día, a las 9h (ver horarios), y poco antes tocaba que saliera uno hacia Shirakawa. Bien, en el nuestro solo íbamos nosotros y una señora, que resultó trabajar en la aldea museo. Para Shirakawa no salió un autocar no, ¡salieron dos! (Si cuando decimos que en temporada alta se masifica...).

Como curiosidad, de camino a Hida no Sato (se tarda 10 minutos en llegar), a las afueras de Takayama, se puede contemplar un templo enorme, algo raruno (con una mezcla de simbologías y arquitectura de diferentes religiones).
El Mahikari-kyo es un templo dedicado a una nueva religión llamada "Luz verdadera". Y por lo visto se puede reservar visitas guiadas (ver información).

Hida no sato

Al entrar en la aldea, nos dieron un mapa con las rutas marcadas (nosotros escogimos la larga, para ver todas las casas) y una breve explicación, que se vería ampliada en cada casa.

Hida no sato

Hida no Sato es un museo al aire libre que exhibe más de 30 casas tradicionales de la región de Hida.
Las casas fueron construidas durante el Período Edo (1603 - 1867) y fueron reubicadas de sus lugares originales para crear el museo en 1971. Entre ellas, varias granjas gassho-zukuri de Shirakawago.

Hida no sato

Así que, en una sola visita podemos comparar diferentes estilos de casas, según el estatus de la familia, de la actividad comercial que tenían, etc. Y todo bien dispuesto, como si caminaras por un pueblo real.

Hida no sato
Hida no sato

Todos los edificios están bien conservados, y cada día encienden los hogares porque el humo ayuda a conservar la madera y el tejado de paja. Este proceso, el de cambiar los tejados cada 40 años aproximadamente, el como se criaban los gusanos de seda y otras actividades que se realizaban en la zona son bien explicadas en paneles informativos que hay en cada edificio. En alguno de ellos incluso se puede coincidir con algunos artesanos elaborando productos con las técnicas tradicionales.

Hida no sato


En una de las casas más grandes, y donde coincidimos con un simpático artesano que nos explicó y mostró las zapatillas tradicionales, pudimos sentarnos cerca del fuego y tomar una sopa de setas calentita muy buena y gratis. Algo que agradeció nuestro cuerpo porque, a pesar de no haber nieve, el ambiente era frío y eso de descalzarse para entrar a las casas y pisar madera helada...

Hida no sato
Hida no sato

Otras de las casas tienen exposiciones con objetos de la vida cotidiana de la época, utensilios para trabajar en el campo, etc.

Hida no sato
Hida no sato

Un pequeño chasco nos lo llevamos con "la fuente de la juventud". En el primer viaje salía en el mapa y nos acercamos a ella, de donde acabé bebiendo.
Pero esta vez vimos que en el plano no salía ya indicada y al acercarnos a la zona comprobamos que ya no existía. ¡Estaba seca! Se ve que la fuente repartía juventud pero no se quedó un poco para ella. jeje

Hida no sato

Nos tomamos la visita con mucha calma. Aunque había más gente que en nuestra visita anterior (algo no muy difícil, las cosas como sean), la verdad es que podías estar completamente solo en las casas y sacar fotos tranquilamente. Una gozada de visita, a la que acabamos dedicando 4 horas.

Hida no sato
Hida no sato

Al salir, nos fuimos a ver la tienda de souvenirs de la aldea que se encuentra junto a la parada de bus y en ella compramos unos Sarubobos para la familia.
El Sarubobo (bebé mono) es un amuleto de la zona. Tradicionalmente era de color rojo y las abuelas los hacían como protección para la familia, que las hijas tuvieran un buen parto, etc.
Actualmente los hacen de más colores, según se quiera suerte en el dinero, amor etc. Nosotras compramos los tradicionales (490¥).
En Takayama también se pueden ver esculturas de este curioso "muñeco".

Takayama

Regresamos a la ciudad y, tras recoger las mochilas, compramos unos bentos para comer en el tren y nos despedimos de la bonita región de Hida. Nos esperaban bastantes horas de tren hasta Himeji, donde llegaríamos al anochecer.


Durante la hora que teníamos de enlace en Nagoya nos pudimos hacer unas fotos con nuestros personajes favoritos de anime. ^_^


Tras dejar las mochilas y hacer el check-in en el hotel de Himeji, cogimos las cámaras con los trípodes y nos acercamos al castillo, donde había muchísima gente con el mismo pensamiento que nosotros: disfrutar del hanami y de las vistas a la fortaleza iluminada.

Castillo de Himeji

Esa noche las personas no iban por la historia del lugar, si no por su belleza. Familias enteras estaban cenando a los pies de los cerezos y decenas de trípodes se apostaron en la explanada.

Castillo de Himeji

Nos tiramos un buen rato haciendo fotos y es que la fotografía nocturna gusta mucho en mi familia. jeje

Castillo de Himeji

Castillo de Himeji

Pasado un buen rato había que plantearse el cenar. Fuera del parque había muchos chiringuitos que vendían comida por el hanami, pero nos dio un poco de pereza salir para comprarla y volver a la zona del castillo. Teníamos que intentar descansar para madrugar al día siguiente, así que, tomamos rumbo al hotel y cenamos en un Matsuya que había en la misma calle.
El Matsuya es otra cadena de gyudon, y estaba bueno y muy barato (500¥), pero la verdad es que nos gusta más el Sukiya.


Con la bonita imagen del castillo iluminado nos fuimos a dormir. A la mañana siguiente regresaríamos, esta vez sí, para adentrarnos en su historia.
Castillo de Himeji




Castillo de Himeji, hanami y Miyajima

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Este sería sin duda uno de los días top del viaje: Visitar el mayor castillo de Japón, y además conservado de origen, rodeado de hanami en todo su esplendor y disfrutar de la noche en la mágica Miyajima... ¿Que más se podía pedir?
¿Estar sin hordas de gente? Eso ya era un sueño imposible jeje y por eso nos armamos de paciencia y madrugamos.

Himeji

Tras aprovechar el desayuno tipo buffet del hotel, el único que nos entraba en nuestro viaje, dejamos las mochilas en una taquilla de la estación (300¥), para no tener que desviarnos a la vuelta, y pusimos rumbo al castillo.

Nuestra idea era hacer fotos con calma en la explanada exterior llena de cerezos en flor y ponernos con tiempo a la cola para entrar. Fuimos, en teoría, una hora antes, pero resultó que en época de hanami el castillo abría a las 8:30h en lugar de las 9h y ya había bastante cola. 
Así que, mientras Jordi y mi hermana hacían fotos, los otros dos nos pusimos a la cola. 

Himeji
Himeji

En nuestro viaje anterior, visitamos Himeji en una temporada bastante alta (momiji), pero nada que ver con lo que viviríamos o sufriríamos en pleno hanami. (Ver post del viaje anterior para comparar las fotos y la afluencia de gente). El castillo de la Garza Blanca quedaría literalmente invadido por unas hordas que empuñaban cámaras de fotos. 

Tesoro nacional, Patrimonio de la humanidad, el castillo más impresionante de Japón y uno de los doce que se conservan de origen. Entre los ilustres habitantes y reformadores del recinto estuvo Toyotomi Hideyoshi, uno de los unificadores del país, pero todo eso quedaba ensombrecido por los cerezos en flor que hacían destacar la imponente construcción. 

Himeji
Himeji

Esta vez compramos solo la entrada al castillo (1000¥), porque no nos daría tiempo a ver nada más. Aunque si se dispone de tiempo recomendamos coger la combinada con el jardín Kokoen (1040¥) ya que es muy bonito. 
Al entrar vimos que no dejaban tomar el camino que quisieras, unas vallas dirigían el tránsito de visitantes en todo momento y había montados dispositivos para ir cortando la afluencia. ¡La que se iba a liar ahí ese día! Así que todos como ovejas, subiendo por las calles defensivas del castillo, hacia la torre principal. 

Himeji
Himeji

Al llegar a la puerta tocaba sacarse los zapatos y empezar el ascenso por las escaleras de inclinación vertiginosa de la torre. 
Como teníamos a gente detrás, hicimos pocas fotos de subida, solo donde había algún rellano para apartarse. Pero vimos que de bajada, por otras escaleras, era cuando uno podía caminar más por la estancia y disfrutar del espacio, así que decidimos subir casi del tirón y ya tomarnos con calma la bajada. 

Himeji

En la planta superior se encuentra un pequeño santuario consagrado a la deidad de esa tierra, Osakabegami, considerada guardiana del castillo. Y unas magníficas vistas a la ciudad y al recinto del castillo. 

Himeji

De bajada nos fuimos parando y alejando de las escaleras para poder explorar con calma cada recoveco y buscando los detalles que salían mencionados en el folleto que nos dieron al entrar (lo hay en español): Plataformas para lanzar rocas, escondites para los soldados, estantes para las armas, puertas dobles, etc. 

Himeji
Himeji

Y además, la mayoría de la gente parecía no tener el menor interés en ello, así que bajaban directos y nos dejaban casi solos en esas dependencias. 

Himeji
Trampilla para lanzar piedras, aceite etc, vista desde dentro.
Himeji
Aquí se pueden ver las trampillas desde afuera, los huecos horizontales. 

Al contrario que un museo, el castillo no tiene mobiliario ni piezas decorativas expuestas. Por dentro está vacío y eso hace que algunas personas se decepcionen. 
Pero a los cuatro nos fascina la historia y las construcciones como esa, así que disfrutamos observando los detalles, leyendo la información e imaginando como funcionaba todo en la época de los samuráis. 

Himeji

Salimos de la torre sobre las 9:45h y, a esa hora, la cola que había para entrar era enorme e iban regulando el acceso. ¡Suerte de haber ido tan pronto!
De ahí nos hicieron ir hacia la explanada inferior que da a la torre principal, un lugar precioso para hacer fotos a los cerezos y donde había de diferentes tipos y colores. 

Himeji
Himeji

Después tocaba ir a ver el Nishi no Maru, donde se ubicaban las tropas y el conjunto residencial de la princesa Senhime y las sirvientas. 
En sus pasillos y dependencias pudimos leer sobre la historia de amor de Senhime, nieta del gran shogun Ieyasu Tokugawa, y Honda Tadaoki, el señor que más ampliaría el recinto y le daría la imagen actual al castillo. Y es que poderse casar por amor en aquella época era todo un logro.

Himeji
Himeji

Desde el patio que da al Nishi no Maru hay unas vistas preciosas a la torre principal del castillo y es otro rincón rodeado de cerezos. (El vídeo lo grabé para la familia, pero me gusta porque se ve bien la cantidad de cerezos que había).

Himeji


Estuvimos mucho rato fotografiando la estampa de postal y al salir al exterior, a eso de las 12h, alucinamos: Una cola enorme para acceder al castillo, donde avisaban que había una hora de espera para poder entrar a la torre principal, y la explanada llena de las típicas lonas azules para hacer el picnic y familias disfrutando del hanami.

Himeji

Por cierto, quien quiera los sellos del castillo y calcar en una hoja, con carboncillo, los símbolos de dos clanes, hay que entrar en la caseta de información y reserva de guías que hay a la izquierda antes de las taquillas.

Saliendo nos tomamos unos helados de sakura y black sesame (300¥), como siempre muy ricos, y nos fuimos a recoger las mochilas de la taquilla. Compramos unos sandwiches para comer en el tren y rumbo a Hiroshima.
La verdad es que me quedé con ganas de visitar el monte Shosha, pero ninguna de las dos veces que hemos ido nos ha dado tiempo. Para ello tendríamos que dedicar el día entero a Himeji.

Como queríamos ver la marea baja en Miyajima (web para ver las horas de las mareas), dejamos Hiroshima para el día siguiente y fuimos directos a la isla.
Así que,tomamos el tren hasta Miyajimaguchi, cogimos el ferry que entra en el JR-Pass (ver horarios) y nos quedamos en cubierta para poder ver la aproximación a la isla y la Torii de lejos.

Miyajima
Miyajima

Esta isla sagrada, en la que antaño no se podía morir ni nacer, en realidad se llama Itsukushima, nombre del santuario principal. Pero todo el mundo la conoce por Miyajima, literalmente "isla del santuario".
Y para nosotros es uno de los Top de Japón, en especial cuando cae la noche y solo quedan las personas que se alojarán en ella.

Nada más salir del ferry nos empezamos a cruzar con los habitantes más llamativos del lugar: los ciervos. ¡Ojo, que son sagrados! Mensajeros de los dioses.
En la isla, a diferencia de Nara donde venden galletas especiales, está prohibido darles de comer, así que por favor, respetemos las normas. Por desgracia vimos algún turista dándoles vete a saber que y pueden caer enfermos.

Miyajima
Miyajima

A esas horas la isla aún estaba llena de gente, pero ya empezaba a irse la mayoría (eran las 16:20h y, aunque el último ferry sale sobre las 22h, mucha gente se va entre las 17 y 18h para llegar a tiempo a casa o al siguiente destino).

Miyajima

Como la marea baja no duraría mucho, nos fuimos con las mochilas directos a la gran Torii del santuario Itsukushima, Patrimonio de la Humanidad y conocido como el santuario flotante por quedar cubiertos sus pilares al subir la marea.

Miyajima
Miyajima

En la zona se mezclan los turistas buscando las fotos más bonitas de este símbolo de Japón, junto con los mariscadores que remueven la arena antes de que la marea se la tape de nuevo.

Miyajima

Estuvimos un buen rato admirando la torii y haciendo mil fotos desde todos los ángulos. Y es que sus casi 17 metros de altura imponen.
Suerte del calzado impermeable porque en algún momento tuvimos que saltar tramos de agua que empezaba a rodearnos. Y es que al ser llano la marea sube rápido.

Miyajima
Miyajima

Después aprovechamos que las tiendas aún estaban abiertas para comprar unos momiji manju para el desayuno del día siguiente, ya que estas estarían cerradas todavía cuando nos levantáramos.
El momiji manju es un bizcocho típico de la isla, con forma de hoja de arce y relleno de diferentes cosas: chocolate, anko, té matcha, queso, crema, etc.
Los venden en todas las tiendas, y en algunas puedes ver como los hacen en unas máquinas con moldes. Pero los precios varían y los más baratos están en las tiendas que quedan cerca de la torii (90¥) y los más caros cerca del ferry.
Aunque pueda parecer raro el sabor, nuestros favoritos son los de queso. jeje

Miyajima
Miyajima

Con el tema del desayuno solucionado, nos fuimos a hacer el check in en el ryokan (ver post), donde la mujer nos recibió con el mismo entusiasmo y amabilidad de la primera vez.
Tras confirmarme que había reservado la habitación Gunjo, la más bonita, para mi hermana y cuñado (una pequeña sorpresa que les tenía reservada y que les gustó mucho), nos dio el mapa con la información sobre que visitar y los restaurantes, donde nos remarcó que la mayoría cerraban pronto, como ya sabíamos.
Nos mostró los dos ofuros (baños tradicionales) y, como vimos que no había nadie en ese momento, decidimos dejar las cosas e ir cada pareja a uno de ellos a relajarnos. ^_^

Miyajima

Como el restaurante que nos interesaba cerraba a las 21h, nos fuimos a cenar sobre las 19:45h y estaba bastante lleno, así que no pudimos sentarnos en las mesas con tatami que tanto nos gustan.
Aún así mereció la pena, porque la comida está muy buena y bien de precio. Se llama Yosakoi y está en el paseo marítimo, cerca del Starbucks, y tiene unas escaleras en la entrada (ver mapa).
Nos pedimos unos Okonomiyakis (900¥), plato típico de la zona junto con las ostras, y estaban de vicio. Mi hermana se pidió un menú Oyakodon (1200¥) y también le encantó. (Ver post sobre comida japonesa)

Miyajima
Miyajima

Lo bueno de cenar pronto es que te permite estar un buen rato haciendo fotos nocturnas a la torii iluminada y al paseo con los farolillos.

Miyajima
Miyajima

En ese momento la marea estaba alta. Lo bueno es que la torii iluminada y rodeada de agua es preciosa. Lo malo es que hay un barco de turistas que va pasando por debajo de la torii cada poco. Así que hay que plantar trípode y paciencia.

Miyajima

A esas horas el ambiente de paz y tranquilidad que se respira en la isla es increíble. Hay a quien le parece aburrido, a nosotros nos encanta.

Miyajima

Por detrás del ryokan se veía una zona, a lo alto, con cerezos y farolillos encendidos de color rosa, así que decidimos acercaros para cotillear y también a hacer algunas fotos.
Aunque allí estuvimos poco rato, porque en uno de los extremos, que tenia unas preciosas vistas al mar, había una parejita joven hablando y decidimos no interrumpir por más tiempo su intimidad. jeje

Miyajima
Miyajima

De vuelta al alojamiento, nos hicimos unas fotos divertidas en yukata, y mientras Jordi decidió bajar de nuevo al ofuro, los demás nos tomamos unos tés en la habitación mientras mandábamos las fotillos de ese día tan bonito a la familia.
Habíamos visto el hanami en su máximo esplendor en dos lugares muy emblemáticos: El castillo de la garza blanca y Miyajima.
Al finalizar nuestro viaje los cuatro estuvimos de acuerdo, éste fue el gran día. ^_^

Y con ese sentimiento de felicidad por los objetivos cumplidos, nos fuimos pronto a dormir. Al dia siguiente tocaba madrugar para disfrutar la isla antes de que se volviera a llenar de gente.

Himeji




Miyajima, Hiroshima y llegada a Osaka

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Dicen que a quien madruga Dios le ayuda... Bien, no sabemos si Buda también echa una mano en eso, pero lo que teníamos claro era que al madrugar en Miyajima evitaríamos las hordas de turistas que empezarían a llegar en ferry. 
Así que, a las 7:30 nos pusimos en marcha. Dejamos las mochilas en el ryokan y salimos a disfrutar de la quietud de esas horas.

Miyajima

Lo primero que hicimos fue sacar unos cafés de las máquinas y desayunar los momiji manjus que habíamos comprado el día anterior.
Sin embargo, Jordi tardó un poco más en comer los suyos y justo entonces hizo aparición uno de los lugareños...


Estuvo mucho rato insistiendo, y si Jordi cambiaba de posición ahí que iba él. Sabía que llevaba el desayuno y no pensaba rendirse. jeje 
Obviamente no le dimos nada. Insistimos en que no es bueno alimentar a los animales con comida que no es apta para ellos, por mucha cara de penita que te pongan. 
Una vez desapareció el momiji manju, perdimos todo interés para él y siguió su camino. 
El nuestro nos llevó rumbo al santuario Itsukushima, el principal de la isla, y donde la marea ya empezaba a subir.

Miyajima
Miyajima

El santuario es de pago y los pasillos son abiertos, así que optamos por contemplarlo desde fuera y seguir callejeando por el pueblo rumbo al templo que queríamos visitar. 

Miyajima
Miyajima

A las 8:00 abre el Daisho-in, un templo budista cuyo complejo en la montaña es precioso y que, además, es gratis. 

Miyajima

En nuestro primer viaje, la dueña del ryokan nos recomendó su visita y fue todo un acierto. Desde entonces, somos nosotros quienes siempre lo recomendamos a amigos y conocidos. 
Alejado de la gran atracción de la torii, llegan muchos menos turistas a visitarlo, y encima a primera hora estás completamente solo, recorriendo los distintos pabellones que están dispuestos en diferentes niveles del monte, subiendo las escaleras mientras haces girar los sutras...

Miyajima
Miyajima

... haciendo mil fotos a la cantidad de Jizos (divinidad protectora del alma de los bebés) que hay por todo el recinto, algunos graciosos,... 

Miyajima
Miyajima

... otros más serios... 

Miyajima

...y adentrándonos en la cueva que hay en la parte superior del templo y que representa los 88 templos de peregrinación de Shikoku. 

Miyajima

El Daisho-in es uno de los recintos templarios que más nos gusta a dia de hoy. Y para nosotros, una visita a Miyajima tiene que tenerlo incluido. ¡Que además es gratis! No hay excusa. 

Cuando salíamos empezó a llegar algún pequeño grupo de turistas. O bien habían dormido en la isla, pero no madrugado tanto, o bien empezaban a llegar ya con los ferris.
Nosotros tomamos el camino de regreso disfrutando del hanami.

Miyajima
Miyajima

Y de los ciervos. O de ambos, en algunos casos. 

Miyajima

Tras recoger las mochilas y aceptar muy agradecidos los amuletos que nos regaló la señora del ryokan, nos fuimos a hacer las últimas compras de momijis manjus y a dar una vuelta por la calle comercial, cuyas tiendas acababan de abrir pero no estaban todavía llenas de gente. 

Miyajima

Una especialidad de la zona son las ostras a la brasa. Yo las comí rebozadas en el primer viaje, pero a estas horas de la mañana como que no entraban. A quien le gusten, allí son todo un manjar. 

Miyajima

Con las compras hechas, tocaba coger el ferry de vuelta a Hiroshima para seguir con la ruta del día. 
En la zona del ferry se empezaba a notar la hora punta de llegada. Los barcos venían atestados de gente pero regresaban casi vacíos, y del otro lado, la cola para esperar a embarcar rumbo a la isla era más que considerable. Para nosotros quedarse a dormir y disfrutar de la isla con calma sigue siendo la mejor forma de visitarla.

Miyajima

Cogimos tren hasta la estación de Hiroshima para dejar allí las mochilas en una taquilla y decidimos comer en uno de los restaurantes de Okonomiyakis que había allí mismo (800-850¥). Era pronto pero al haber desayunado a las 7:30h ya había hambre. 
Me hubiera gustado llegar a la zona llamada Okonomimura, que está llena de restaurantes de esa especialidad, pero eso nos habría retrasado en las visitas y no sabíamos cuanto nos demoraríamos en el Museo de la Paz. Prefería no meter prisa más tarde e ir con calma. 

Hiroshima

Para llegar al Parque de la Paz esta vez utilizamos los buses que entran en el JR-Pass (ver web con mapa). Salen de la misma estación y, tras coger un folleto con la información de las rutas, nos subimos a uno de ellos y nos bajamos en la zona sur del parque, cerca del antiguo Salón de Promoción Industrial de la Prefectura, más conocido como la Cúpula de la Bomba. 

Hiroshima

Fue uno de los pocos edificios que quedó en pie en la zona donde estalló la bomba atómica. Hoy en día es un símbolo de lo que allí sucedió. Un enorme recuerdo que aprovechan algunos voluntarios para mostrar la historia a los visitantes, cuadernos en mano, traducidos a muchos idiomas.  

Esa fue nuestra entrada al Parque de la Paz, zona cercana al punto cero del estallido y que quedó arrasada por la bomba el 6 de agosto de 1945. 
En ella se encontraban muchos estudiantes movilizados para trabajar en la industria de la guerra. Niños cuyos padres nunca verían regresar, muchos de ellos desaparecieron directamente volatilizados por el calor de la bomba. A ellos está dedicado uno de los múltiples monumentos del parque.

Hiroshima

Veníamos de la alegría y belleza de Miyajima, pero aquí, a pesar de los sakuras que adornan el parque, el ánimo decae y te ves arrastrado por las tristes historias que rodean el lugar.
Llegamos al monumento de la Paz de los Niños, más conocido por Sadako Sasaki.
Sadako fue una niña que enfermó de leucemia por culpa de la radiación de la bomba. Creyendo en la leyenda de que si hacías 1000 grullas de origami podías curarte, empezó a hacer grullas de papel pero falleció antes de lograrlo.
Sus compañeros de clase decidieron finalizar las 1000 grullas en su honor y desde entonces personas de todo el mundo mandan sus grullas o las llevan en persona. 

HiroshimaHiroshima

La historia en si ya es triste, pero nosotros vivimos una situación muy conmovedora. Tanto, que a alguno se nos saltaron las lágrimas.
Debajo del monumento hay una campana con forma de grulla de origami. Y un grupo de mujeres muy mayores y visiblemente emocionadas se acercaron a hacerla sonar de mano de sus jóvenes acompañantes (muchas iban en sillas de ruedas). 
Al calcular su edad y ver las lágrimas que algunas intentaban esconder caímos en que estábamos delante de unas supervivientes de la bomba. (Además llevaban una pancarta con ellas en conmemoración). Al pensar en el infierno que vivieron de pequeñas no pudimos evitar emocionarnos.

Hiroshima

Después nos acercamos a hacer sonar la campana del parque en honor a las víctimas. Es un sonido que te va acompañando en la visita, porque cada poco alguien la hace sonar.
Al llegar volvimos a encontrarnos con el grupo de ancianas. La gente joven estaba preguntando a las que podían caminar si querían subir, para hacerla sonar.
Cuando nos vieron esperando nos invitaron a pasar delante y, con un pequeña reverencia de agradecimiento, fuimos subiendo uno a uno.

Hiroshima

Mientras nos alejábamos del lugar, rumbo al museo, volvimos a escuchar la campana. En mi interior sentí que ese tañido significaba mil veces más que todos los nuestros juntos.

Alrededor del museo hay pequeños monumentos y símbolos, como la fuente/reloj que marca la fatal hora (8:15h), un par de árboles que sobrevivieron en la ciudad y los trasladaron al parque, o el famoso Cenotafio con la llama de la Paz.

Hiroshima
Hiroshima

En el cenotafio están escritos los nombres de todas las víctimas y simboliza un refugio para sus almas. Y la llama está encendida desde 1964 y no se apagará mientras existan armas nucleares en el mundo.

Hiroshima

El museo ahora mismo está en obras y solo se puede visitar una pequeña zona. Se supone que finalizarán en primavera de 2019 y esperemos que entonces vuelvan a poner las exposiciones que había antes y que vimos en 2012, porque esta vez nos pareció mas pesado (mucha letra) y menos conmovedor. Tampoco tenían la audioguía en español, que eso nos marcó mucho en la primera visita, porque te van relatando las historias y se hace más fácil imaginar la dureza de esos momentos.
Actualmente la entrada cuesta 200¥.

Hiroshima

Tras el museo, tocaba finalizar nuestro paso por Hiroshima. Aunque tiene más lugares para visitar, como el castillo (aunque sea una reconstrucción), teníamos que llegar a Osaka y, de paso, dar una vuelta por Dotonbori.
Ya en Osaka, dejamos las mochilas en el hostel, comprobamos que habían llegado las maletas, y salimos a dar una vuelta por la capital del sur, o la capital macarra como yo la llamo.

Osaka
Osaka

La zona de Dotonbori, junto al canal, es la de más ambiente y la más llamativa. Sus neones, en especial el del corredor Glico, y los carteles de los restaurantes son más que famosos.

Osaka
Osaka

Lo que nos pareció, a Jordi y a mi, es que cada vez hay más carteles luminosos y pantallas en la zona del puente. Un festival de luz vamos.

Osaka

Y como no, ¡lleno de gente! Pero nosotros sabíamos de unos pequeños callejones con mucho encanto, justo al lado, que estarían más vacíos. En especial el Honzenji Yokocho, que va a dar al templo con el mismo nombre, y que recuerda mucho a Pontocho en Kyoto.
El pequeño templo es mi rincón favorito de la ciudad.

Osaka
Osaka

Tras un momento de tranquilidad, volvimos a la zona del canal para ver la gran noria del Don Quijote (centro comercial barato) que, por lo visto, vuelve a estar en marcha, aunque nosotros no pudimos verla funcionar.

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Estábamos en Osaka y yo quería takoyakis, uno de los platos típicos de la ciudad. Pero como en el segundo viaje quedamos decepcionados con los que vendían en Dotonbori (caros y mal cocinados por tener mucha cola de gente) y descubrimos un pequeño local familiar, al lado del hostel, muy barato... p'allí que nos fuimos sin dudar (ver información del restaurante).

Comimos varias raciones de takoyakis (normales 300¥ la ración, de maiz y de pizza 500¥ la ración) que estaban muy buenos y al final salimos por 2700¥ los 4.

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Menos mal que el restaurante estaba al lado del hostel, porque la verdad es que estábamos cansados. Había sido un día intenso, que empezó bien temprano, y al día siguiente tocaba madrugar de nuevo y darlo todo en el parque Universal.



Disfrutando en Universal Studios Osaka

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Llegaba un día muy esperado por la diversión que comportaba: ¡Pasaríamos el día recorriendo Hogwarts, Hogsmeade, Jurassic Park, Amity Village, New York, San Francisco, la base secreta de los Minions...! 
Solo había un objetivo: Pasarlo en grande.

Universal Osaka

Como explicamos en el post de Preparación, tras nuestra experiencia en el Parque Universal Osaka en 2016, donde fuimos en época de momiji, no dudamos en coger de nuevo los Express Pass.
Hay épocas en las que no son necesarios, pero en las temporadas altas lo vemos casi imprescindible si uno no quiere pasarse más de dos horas en las colas. Por eso es bueno consultar el calendario de afluencia.
Optamos por el de 4 atracciones en el que entraban: 
  • Harry Potter and the Forbidden Journey (junto con la hora de entrada a la zona de Harry Potter)
  • Despicable Me Minion Mayhem (junto con la hora de entrada)
  • The Amazing Adventures of Spider-Man - The Ride 4K3D o Jurassic Park – The Ride
  • Terminator 2:3D o Backdraft  o JAWS
En cuanto a horas, escogimos la opción de entrar a Harry Potter a primera hora y a los Minions por la tarde. 
Por lo visto, en temporada baja, a primera hora y a última se puede entrar en la zona HP sin ticket, pero os aseguramos que en pleno hanami ¡NO! Cuando llegamos, y fuimos directos, ya había control de acceso y por la tarde seguía estando. 
Para los que no tengan Express Pass, hay que sacar un ticket en la zona central del parque, en unas máquinas que están dentro de un mini jardín. (Ver mapa del parque, sale señalado en una zona verde, al lado del lago). Nosotros sacamos para entrar de nuevo a la zona al anochecer.

Universal Osaka

En cuanto a las atracciones del Espress Pass, donde teníamos que escoger entre varias, todos fuimos a la de Jaws (Tiburón) pero Jordi no quiso repetir la de Spiderman (para mi es de las mejores, solo que él se marea con el 4D), así que optó por la de Jurassic Park. En esa también subieron mi hermana y mi cuñado pero fueron por la entrada de "Single Rider". Esta opción la usaron luego en alguna otra atracción. 

*Single Rider: Es una buena opción para el que viaje solo, o los que no quieran comprar Express Pass y se encuentren que en la cola normal hay bastante tiempo de espera. Esta fila se utiliza para rellenar los huecos libres así que, normalmente, avanza mas rápido. Ahora bien, si vais en pareja, asumid que lo normal será que os separen. Obviamente, los tiempos de espera también dependerán del día. (Las atracciones de Harry Potter no disponen de Single Rider).
A modo orientativo, para hacerse una idea de las colas. En la atracción de Jurassic Park, había 2h de espera en la cola normal. Jordi con el Express Pass salió en 20 minutos y mi hermana y cuñado, por el Single Rider, en 40. 

El resto del parque lo iríamos viendo sobre la marcha y disfrutando con tranquilidad, a pesar de la gran afluencia de gente. Teníamos claro que era un día para disfrutar y no agobiarse. 

Universal Osaka

Así que, con nuestras entradas en la mano (ojo con esperar a comprarlas allí en temporada alta, los Express Pass pueden agotarse), llegamos a las 8:30h, justo cuando acababan de abrir y entramos sin hacer apenas cola. 
No nos miraron la mochila y llevábamos el desayuno, como mucho japos que vimos dentro. Vamos que en teoría no se puede entrar comida pero no nos dijeron nada. 

Fuimos directos a la entrada de la zona de Harry Potter. Quedaban 15 minutos para nuestra hora de acceso y ya tenían montado el control, así que esperamos desayunando con calma. 

Entrar nuevamente en Hogsmeade volvió a ser emocionante. Recorrer el bosque, fijarte en los detalles de cada rincón, encontrarte con el Hogwarts Express...

Universal Osaka
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Y como no: ¡El castillo Hogwarts! Imponente...

Universal Osaka

Esta vez fuimos primero a la atracción de Forbidden Journey, donde nos dejaron pasar antes de nuestra hora. Dejamos todo en las taquillas y entramos decididos, sabiendo que después podríamos volver a entrar al castillo para verlo con calma y sin colas, así que no nos entretuvimos. 
La atracción es 4D y a mi me encanta, es muy entretenida y dura bastante. 

Universal Osaka

A la salida nos dirigimos a la pequeña montaña rusa The Flight of the Hippogriff, apta para todas las edades y que te traslada a la cabaña de Hagrid. Allí solo tuvimos que hacer 20 minutos de cola. 

Universal Osaka

Una vez cumplido con las atracciones de Harry, tocaba tomarse con calma la zona. Regresamos al castillo y entramos por la fila que permite recorrerlo pero no subirse a la atracción. Así, al llevar encima la cámara, uno puede hacer fotos y verlo bien. ¡Sencillamente mágico!

Universal OsakaUniversal Osaka
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Después nos dedicamos a recorrer todas las tiendas, incluida la de varitas, donde pudimos ver la demostración de Ollivanders. 
Y es que allí un mago puede proveerse de todo lo necesario para ir a Hogwarts (aunque no nos vamos a engañar... un pelín caro jeje). 

Universal Osaka
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También entramos a echar un vistazo a los restaurantes, porque la decoración es una pasada. No teníamos intención de comer en ellos (por hora y por precio) pero pedimos permiso para entrar a mirar y hacer fotos y sin problemas. 

Universal Osaka

Tras un buen rato disfrutando de la magia del mundo Harry Potter, decidimos seguir con la visita al resto del parque y sacar tickets para volver por la noche. (Conseguimos sacar para las 17:50h porque para más tarde ya estaba agotadas. Aún así, como una vez dentro puedes quedarte cuanto quieras...) 

Siguiente parada: ¡Amity Village! Con el calor de justicia que pegaba, apetecía ir a darse un bañito... Lástima que cierto tiburón hizo que cerraran la playa. jeje 
Tiramos de Express Pass para subirnos a la atracción, donde das un paseo por la "tranquila bahía" y, aunque la guía habla en perfecto japonés, la verdad es que resulta divertido. 

Universal Osaka

Como estábamos cerca del Dinner Mels optamos por comer pronto el menú de hamburguesa, patatas y bebida por 1590¥. Está bueno y no es de los más caros del parque.

Después nos trasladamos a la zona de Jurassic Park para que pudieran montar en la atracción de agua, yo les esperé fuera porque todo lo que tenga caída fuerte no me gusta, pero a ellos les gustó mucho y dicen que está muy bien ambientada. 
Lo bueno es que estuve atenta y les pude hacer fotos en las barcas. 

Universal Osaka
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Al pasar por el The Flying Dinosaur mi cuñado flipó y decidieron que al final del día regresarían para montar en ella. En ese momento teníamos que seguir para llegar a la atracción de los Minions, para cual teníamos hora. 

Esta zona era nueva para Jordi y para mi, y la atracción principal me pareció muy divertida (aunque Jordi sigue sin llevar bien el 4D jajaja). Y es que, ¿hay nada mejor que tener la oportunidad de entrar a formar parte del ejército de Minions? ^_^

Universal Osaka
Universal Osaka

En ella hay también un montón de tiendas con merchandising de la franquicia, donde unos aprovecharon para probarse gorros disparatados y yo para comprarme la gorra que tanta falta me hacía ese día. ¡Y es que menudo sol pegaba!
Diría que así no me perderían de vista pero allí casi todo el mundo lleva gorros frikis o atuendos disparatados. jaja

Universal Osaka
Universal Osaka
























Por último acabamos de gastar el Express Pass en la de Spiderman, menos Jordi que ya lo había agotado. Para mí, junto con la de Harry Potter, es de las mejores. 

Universal Osaka

Y como ya habíamos cumplido los indispensables, nos dedicamos a acabar de recorrer las zonas de New York y San Francisco con calma, y optamos por entrar a ver Llamaradas, que es tipo espectáculo, ya que solo había 15 minutos de cola. 
No es nada del otro mundo, pero te muestran como hicieron los efectos especiales, así que si no hay mucha cola es entretenida. 

Antes de regresar a Hogwarts nos cogimos un "churro" con canela por 500¥ para merendar, y una vez dentro lo completamos con una mazorca riquísima (700¥) y el zumo de calabaza que tanto me gusta (800¥). 

Universal OsakaUniversal Osaka

Ver la zona de Harry Potter al anochecer es increíble.

Universal Osaka
Universal Osaka

Además tuvimos la suerte de ver dos de los espectáculos: el Wand Studies, donde varios estudiantes practican magia y te hacen partícipe y el Triwizard Spirit Rally, donde los alumnos de Beauxbatons y Durmstrang muestran sus habilidades, para mi el mejor de todos y en especial la parte de Durmstrang. jeje
Lo bueno es que al final se hacen fotos con la gente. 

Universal Osaka
Universal Osaka

Estuvimos un buen rato paseando por la zona para despedirnos, con mucho pesar, de ella. Pero faltaba menos de dos horas para cerrar el parque y el resto del equipo quería intentar subir al The Flying Dinosaur. 
Al ver las pantallas algunas atracciones tenían puesto "cerrada" y era por el tiempo de cola que ya había, así que nos dimos prisa y consiguieron entrar, por poco, por la cola de Single Rider. 
No llegó a los 10 minutos de estar yo fuera esperando, que cerraron el acceso porque la cola que había en la atracción era suficiente para llegar al cierre del parque. Así que es un detalle a tener en cuenta, porque te puedes encontrar que una hora y media antes de la hora de cierre ya no dejen acceder a las colas de las grandes montañas rusas. 
Lo bueno es que ellos lograron pasar, no hicieron ni una hora de cola y bajaron entusiasmados. Para los amantes de las montañas rusas es una de las top en ese parque. 

Después de reunirnos de nuevo, fuimos paseando hacia la salida para terminar nuestra aventura en el fantástico mundo de Universal. ^_^
Tocaba despedirse y dar un paseo por la zona exterior del City Walk y sus tiendas frikis. 

Universal Osaka

El día había sido intenso y estábamos muy cansados, así que nuestra idea era cenar en el puestecillo de takoyakis que había al lado del hostel, pero justo esa noche estaba cerrado. ¡Oooohh! Nada, no teníamos ganas ni de pensar ni de caminar, así que fuimos a un Mc Donald's que había cerca y listo. 
No nos quedaban fuerzas y había que recobrarlas para seguir el viaje. Al día siguiente nos íbamos a la preciosa y antigua Kyoto. ^_^

Universal Osaka

Kyoto (Castillo Nijo, cuesta Keage y canal de Okazaki)

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Tocaba dejar Osaka, la ciudad macarra, y trasladarnos a la antigua capital imperial. 
Aunque la previsión era que el hanami ya estaba acabando en Kyoto, no teníamos dudas que luciría igualmente espectacular. Eso sí, llena de gente. 

Nijo Castle

Pero primero teníamos que abandonar Osaka, y para ello tuvimos que dejar pasar varios metros porque pillamos hora punta y no había quien entrara en ellos con las maletas. Al final, tras esperar desayunando tranquilamente en el andén, llegó uno ya medio vacío y pudimos ir hasta la estación de trenes a coger un shinkansen.
Y con el tren bala fue un corto viaje. En nada estábamos ya dejando las maletas en el hostel, muy cerca de la estación, y tomando el tren hasta nuestra primera visita del día: el Castillo Nijo (600¥). 

Nijo Castle

La construcción que ha sobrevivido es más bien un palacio, no el típico castillo con torre como el de Himeji. Se inició por orden de Ieyasu Tokugawa en 1603 (el primer shogun del periodo Edo y último de los tres unificadores de Japón), fue su residencia en Kyoto y, tras la caída del periodo Edo, pasó a ser usado como residencia imperial por un tiempo (1867). 
Es uno de los edificios de Kyoto que forman parte del Patrimonio de la Humanidad. 

Nijo Castle

Por toda su historia, su belleza y sus jardines, creemos que es una visita top en Kyoto. Además de un pequeño respiro a tanto templo y santuario.

Solo hay una pega, y es que ahora no se puede entrar en cada dependencia para admirar las pinturas de cerca. Las ves desde el pasillo. Nosotros pudimos hacerlo en el primer viaje, que también visitamos este palacio, pero suponemos que tras el aumento de visitantes han tenido que poner medidas. 
El pasillo tiene el famoso "suelo de ruiseñor", cuya leyenda urbana dice que el ruido que haces al caminar es obra de una técnica ninja para delatar a los intrusos. Lo cierto es que se trata de un defecto de construcción.

Nijo Castle

Como no pudimos llegar a primera hora había mucha gente, pero al tratarse de un recinto tan grande, la verdad es que pudimos realizar bien la visita y disfrutar de cada rincón así como de sus jardines. En los cuales, aún quedaban algunos cerezos en flor. 

Nijo Castle
Nijo Castle

Al salir no vimos gran cosa para comer, así que optamos por acercarnos hasta la cuesta Keage, en la zona del canal de Okazaki (ver mapa). Para ello cogimos el metro hasta la estación con el mismo nombre y al salir preguntamos al vigilante como llegar a la cuesta. Nos indicó que saliendo, a la izquierda, veríamos un caminito y por ahí que fuimos. 

keage incline

La cuesta Keage fue muy importante durante la industrialización de Kyoto, porque gracias a esos raíles los barcos que traían mercancía a través del lago Biwa podían superar un desnivel existente y llegar a la antigua capital. 

keage incline

Hoy en día resulta un bonito paseo, en especial cuando están los cerezos en flor, pero nosotros llegamos tarde. Supimos del lugar gracias a Japonismo, y en su web se puede ver como luce con el hanami. 

keage incline

Mientras recorríamos la cuesta, de bajada, vimos una pareja de novios haciendo sesión fotográfica. Les hicimos un gesto con la cámara, como pidiendo permiso para hacer fotos y, como siempre, obtuvimos un asentimiento. 
Las novias japonesas, con el traje tradicional, me siguen fascinando. No se como logran caminar con tantas capas de tela encima, pero los kimonos son preciosos. 

keage incline

Al llegar al canal, tuvimos que tomar una decisión: o bien acercarnos al paseo del filósofo o bien pasear por el canal hasta la entrada del Santuario Heian. Por suerte la elección fue fácil. La calle que iba hacia el paseo del filósofo estaba obturada de gente, masificada vamos, y sabíamos que no había ya cerezos en flor, así que... 

Santuario Heian

A todo esto seguíamos sin comer y lo que veíamos no nos convencía. Preguntamos a mi hermana y cuñado y, tras admirar la gigantesca torii del santuario Heian, decidimos ir hasta la zona del hostel y comer/merendar en el sukiya de la esquina (1100¥ los dos). Empezábamos a notar cansancio y no apetecía pagar por ver los jardines del santuario, que estarían sin los cerezos en flor. 

Tras comer, hicimos check-in y, mientras los chicos iban al Yodobashi Camera (Jordi no dejaba de quejarse de un fallo que tenía nuestro objetivo al enfocar), nosotras pusimos la lavadora y secadora (en Takayama lo hicieron ellos mientras fuimos al onsen, tocaba devolver el favor jeje).
Al finalizar, con la ropa ya seca, nos fuimos a buscarlos al centro comercial. Jordi había fichado un objetivo pero su lado ahorrador seguía dominando la situación (días más tarde la lógica del grupo se impuso y regresaría a por él jeje). 

La cena de ese día estaba muy clara: ¡Honke Daiichiasahi, nuestro ramen favorito de Kyoto! (ver mapa). 
A diferencia de los otros viajes, ahora ya tienen una carta en inglés y con fotos. La van pasando por la cola para que la mires y te toman nota antes de entrar. Cuando te toca el turno (suele haber cola) ya te traen casi al instante tu plato.

Ramen Kyoto

Nos sigue pareciendo uno de los ramens más top que hemos comido (es tonkotsu ramen), pero esta vez nos ubicaron en la mesa que da justo a las escaleras del baño y a veces nos venía un olor a rancio poco agradable... Queremos pensar que fue algo puntual, pero si se puede, evitar esa mesa. 
El ramen en sí sigue valiendo muuuuucho la pena y por solo 700¥ el bol de ramen y 250¥ unas gyozas muy buenas. Mi cuñado aprovechó a pedirse una cerveza, porque no estaba muy cara, 350¥.

Tras la cena, paseíto hasta el hostel y a dormir. El día siguiente iba a ser especial para mi hermana y para mí.




Kyoto (Paseo en Kimono por Higashiyama y admirando Geikos en Gion)

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Llegaba un día especial del viaje para mi hermana. Tocaba hacer efectivo el vale regalo que recibió en su cumpleaños y cumplir un sueño: ¡Nos vestiríamos con kimono y pasearíamos por una de las zonas más tradicionales de Kyoto!

Higashiyama en Kimono

Como ya expliqué en el post de preparación, tras buscar en Internet las diferentes empresas de alquiler de kimonos, me decidí por Wargo. Básicamente por tres motivos: Por ubicación (una de sus tiendas está al lado del Kiyomizudera, donde yo quería empezar el paseo), porque justo esa tienda es pequeña y no atienden a 20 personas por turno (ergo, te evita empujones y peleas por los kimonos jeje) y por precio.
Y es que, al ser temporada MUY alta, la mayoría no dejaban reservar el plan Standard (el más sencillo y barato), te obligaban a escoger sus planes más caros. Menos Wargo, ellos sí que dejaban. 
¿Diferencia? Pues el tipo de kimonos. En los planes más caros te dejan escoger entre más variedad y por lo que vi, eran kimonos muy llamativos incluso diseños modernos, y el tipo de complementos. 
Conociendo nuestros gustos, ambas escogeríamos colores menos brillantes, algo más sobrio y diseños más clásicos... justo los que entran en el plan standard, así que no veía razón para pagar más. 

Reservé con tiempo en la web, para poder escoger la primera hora y así disfrutar el máximo de tiempo con él puesto y poder escoger entre más variedad de diseños.  
En el alquiler entra el kimono, la sandalias típicas, bolso y los tabi (calcetines que luego te regalan). Además, pagué el suplemento para que nos peinaran y así ir bien acorde con la vestimenta. Todo nos salió por 4100¥ cada una. 

KimonoKimono

Llegamos un poco antes de que abrieran y los chicos decidieron ir a dar una vuelta, pensando que tardaríamos en salir (error, te visten muy rápido, así que mejor que los acompañantes se esperen). 
En el primer turno estábamos nosotras y tres chinas, que por suerte habían escogido el plan superior y, por tanto, no nos pelearíamos por los kimonos. jeje 
Tanto mi hermana como yo lo vimos claro y nos decidimos muy rápido: ella, uno decorado con el motivo del hanami, y yo, otro rojo con flores. 

Higashiyama en Kimono

Así que, tras dejar nuestras pertenencias y ropa en una bolsa con un número (que guardamos para identificarla a la vuelta), dos mujeres mayores empezaron a vestirnos. 
Primero ellas te dan una especie de "camisón" a modo de ropa interior, que te pones para que el kimono no toque la piel, y a partir de ahí vienen unas cuantas capas y complementos que ayudaran a ajustar el kimono. 
Dos consejos: 1, Ir primero al baño (tienen en la tienda) y no tomar mucho líquido para desayunar, porque no se puede ir al baño hasta que te lo quitan, y 2, cuando te ponen como una especie de tira rígida ancha encima del "camisón", sacar barriga porque van a apretar mucho. 
Yo no caí en eso y casi me quedo sin aire... Mi hermana fue más lista y luego podía respirar mejor. 

La velocidad con la que van poniendo las capas de tela, los lazos, etc. nos dejó alucinadas. 
Al finalizar pasamos a peluquería donde nos mostraron diferentes estilos, pero les dijimos que escogieran ellas el más fácil (en especial por mi hermana, que tiene muuuucho pelo y rizado y la cara de la japo al coger la melena fue de: ¿Porque a mí? jaja). 
De nuevo, no se como lo hicieron, pero fueron muy rápidas y, en poco tiempo ya estábamos escogiendo las sandalias y los bolsos que más nos gustaban.

Pues nada, nos comentaron que podíamos volver cuando quisiéramos antes del cierre, nos dieron un vale de 10% de descuento para su tienda donde venden complementos preciosos y... ¡a pasear!

Higashiyama en Kimono

Los chicos todavía no habían vuelto, y como no sabíamos donde estarían, nos quedamos en la entrada pasando un poco de vergüenza porque cada grupo de chinos que pasaban nos pedían hacerse fotos con nosotras. ¡Los chinos! Flipábamos. jaja 

Cuando los vimos venir a lo lejos, empezamos a dar los primeros pasitos cuesta arriba para ir a su encuentro. Al principio cuesta un poco, pero la verdad es que le cogimos el ritmo pronto. 
Para empezar nuestra ruta subimos hasta la entrada del Kiyomizudera. 

Aunque es un templo cuyo recinto nos gusta mucho, ahora mismo tenía la terraza principal en obras, totalmente cubierta, y decidimos no pagar por entrar y quedarnos por la zona exterior. (ver post de 2016 sobre el templo)

Higashiyama en Kimono
Higashiyama en Kimono

Aquí empezó la sesión fotográfica, y es que nuestros respectivos se transformaron en unos auténticos paparazzi, indicando donde ponernos, buscando nuevos lugares donde posar (quedaban un par de cerezos en flor), etc... Nosotras alucinamos con ellos. jaja Fue divertido. 

Higashiyama en Kimono

Por cierto, que nos seguían haciendo fotos otros "orientales", a pesar de estar lleno de chinas y japos con kimonos... ¿Tanto les llama la atención que lo vistamos las occidentales? 

Después empezamos a recorrer las calles tradicionales de Higashiyama, bajando por las famosas Ninenzaka y Sannenzaka. Dos tramos de escaleras en los que hay que vigilar y no tropezar, porque dicen que según donde lo hagas tendrás dos o tres años de mala suerte (Ni = 2, San = 3).

Higashiyama en Kimono

Pues nada, pasito a pasito, con calma, y admirando las preciosas tiendas de artesanía y productos gastronómicos, conseguimos bajar sin tropiezos.
Higashiyama en Kimono
Higashiyama en Kimono

Eso sí, la tienda que más rato nos robó fue, sin duda, el Donguri Garden que han abierto al final de la Ninenzaka. Una de las tiendas Ghibli más bonitas que vimos.

Higashiyama en Kimono

Al final del paseo acabamos llegando al Maruyama Park, donde se encuentra el santuario Yasaka, que a pesar de no tener ya cerezos en flor, seguía siendo un bonito lugar para pasear y hacerse fotos.

Higashiyama en Kimono
Higashiyama en Kimono

El problema era pararnos a comer en la zona. Optamos por lo fácil, tirar de los puestecillos de feria que había en el parque: yakisobas, takoyakis... No es que sean los más buenos pero no nos queríamos complicar mucho. ¿Lo mejor? Los Taiyakis de crema de postre jeje (gofre relleno de crema con forma de pez).

Tras dar una última vuelta por el parque, decidimos desandar el camino, porque íbamos a tardar un rato y los pies empezaban a estar algo doloridos.
Para cuando llegamos a la tienda, llevábamos 6 horas con el kimono y las sandalias. ¿Nada mal, no? jeje

Eso sí, suerte que te lo quitan a la velocidad de la luz, porque las dos corrimos al baño. jaja

Como no habíamos comido mucho (a mí, con el kimono tan apretado, tampoco es que me entrara demasiado), decidimos acercarnos al Starbucks que hay al final de la Sannenzaka. Abierto el año pasado, en una de las casas tradicionales, creemos que es el local de la cadena más bonito del mundo.

Higashiyama en Kimono

Los pasillos son estrechos y las salas de tatami estaban llenas, así que no quisimos molestar haciendo muchas fotos... pero merece la pena entrar. Cierra a las 20h, igual venir más tarde hubiera sido mejor idea. Pudimos sentarnos, pero de milagro.

Higashiyama en Kimono

Tras descansar un poco los pies, decidimos acercarnos a alguno de los barrios de Geishas que hay en Kyoto. Yo sabía que al día siguiente visitaríamos el de Miyagawacho (muy cerca de la zona de Higashiyama, donde estábamos) así que, no comenté nada a mi hermana (era una sorpresa) y propuse ir a pasear por las zonas de Shirakawa y de Gion. (En el artículo de Japonismo se puede leer sobre los diferentes barrios o hanamachis de Geikos, como se las conoce en Kyoto, y ver los mapas).

La zona del riachuelo Shirakawa es de mis favoritas. Rodeada de antiguas casas de té y restaurantes tradicionales tiene un aire casi místico al atardecer.

Gion
Gion

Tuvimos suerte porque vimos alguna Maiko paseando bastante tranquila, todavía no se había congregado mucha gente.

Gion
Maiko

Después nos fuimos hasta la zona principal de Gion, con la calle Hanami-Koji a reventar de turistas que las Geikos y en especial las Maikos (aprendizas) intentan esquivar. Allí ya apuraban el paso y hasta corren. Nosotros solemos salirnos de esa avenida principal y callejear por zonas más tranquilas, donde es más fácil verlas caminar relajadamente.

Gion
Geiko
Gion


Pudimos ver 5 Geikos y 4 Maikos (en la web de Japonismo enseñan a diferenciarlas, pero unas pistas rápidas serían: Mangas largas, muchos adornos en la cabeza, colores llamativos y Obi (cinturón), que cuelga casi hasta el suelo, son Maikos. Mangas más cortas, colores sobrios, sin adornos en la cabeza, y el Obi es cuadrado, sin colgar hasta el suelo, son Geikos).

Gion
Geiko (Geisha)
Gion
Maiko

Nosotros nunca les cerramos el paso, nos manteníamos a distancia, quietos, para no molestar en un lado de la calle y ellas suelen pasar tranquilas. Pero la verdad es que al final casi preferimos admirarlas que no intentar sacar fotos de noche, porque muchas salen movidas y te pierdes el poder disfrutar de verlas. Me siguen pareciendo fascinantes, la perfección de la tradición japonesa.

Hablando con los de Japonismo, la próxima vez cambiaremos de estrategia. Si queremos fotos, iremos a los otros hanamachi y les pediremos permiso explícitamente. Porque al final son personas que tienen trabajo y no una atracción a nuestra disposición.
En Gion se sienten acosadas y han tenido que poner carteles, que muchos turistas se pasan por el forro... Pero sabemos que en otras zonas se paran si se lo pides con respeto, hablan con la gente, etc... De hecho, pudimos comprobarlo al día siguiente.

Tras un rato de callejeo decidimos pasarnos por Pontocho y sus callejones.

Gion

En esa zona muchos restaurantes tienen vistas al río, pero son algo caros y nosotros teníamos en mente el sushi giratorio que había cerca, en la calle Kawaramachi: ¡¡Kappasushi!! (ver post sobre restaurantes)

Para los que no somos fans del sushi crudo, ésta es una opción genial y divertida. Tienen variedad y al poder pedir por pantalla se hace muy cómodo. ^_^
Y al ser barato, nos llenamos por 2300¥ cada pareja.


Había sido un día estupendo. Otro de los top del viaje, al menos para mi hermana y para mí. Es lo que tiene cumplir sueños. jeje
Pero tocaba ir a dormir pronto, al día siguiente íbamos a madrugar de lo lindo y por la tarde caería otra sorpresa... ¿Le gustaría a mi hermana?

Higashiyama en Kimono

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